Siete pueblos imprescindibles de Valladolid

Valladolid es una de las 9 provincias de Castilla y León; como curiosidad podemos decir que es la única provincia de España que se encuentra única y enteramente rodeada por otras de su misma comunidad autónoma y la única provincia insular que carece de montañas. Geográficamente está en la Meseta Norte y se encuentra dentro de la cuenca del río Duero.

Fue un gran nudo de comunicaciones y su capital fue capital del reino durante los reinados de Felipe II y Felipe III; estas circunstancias hacen que atesore un gran patrimonio histórico-artístico que se reparte por todas las localidades de la provincia.

Es tierra de campos y tierra de vinos, y prueba de ello es su gran patrimonio gastronómico. Aquí podremos degustar deliciosos asados castellanos: cordero, cochinillo y cabrito, y acompañarlos con deliciosas sopas de ajo y pan candeal. Todo ello regado con delicados caldos, no en vano en Valladolid cuentan con cuatro denominaciones de origen: Ribera de Duero, Rueda, Cigales y Toro.

Son muchas las razones para recorrer Valladolid, pero vamos a detenernos en siete pueblos que son parada obligada. Tendremos tiempo para hacer nuevos recorridos por el resto de la provincia… por algún sitio hemos de empezar el viaje.

Es un precioso pueblo a los pies del río Pisuerga y la última población antes de que este río desemboque en el Duero. Fue territorio árabe y romano y una de las localidades más importantes del Reino de Castilla. Además de su maravilloso casco histórico e iglesias como la de San Salvador, es imprescindible visitar el Castillo de Simancas. En él se encuentra el Archivo General de Simancas, uno de los más importantes de España y de Europa. Se ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que lo ha calificado como Memoria del Mundo.

Urueña

Se considera uno de los pueblos más bonitos de España, fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1975 y es la primera Villa del Libro de España, desde 2007. Es un pueblo amurallado y tiene un casco histórico estupendamente conservado y una iglesia gótico-renacentista -la Iglesia de Santa María del Azogue-. Acoge el Museo Etnográfico "Joaquín Díaz” (con fondos del artista), un Museo de Música y un Museo de las Campanas. Es necesario además visitar sus ocho librerías y su taller de encuadernación tradicional, por algo es una de las Villas del Libro.

Situado a 47 kilómetros de la capital, esta localidad recibe su nombre de la cantidad de olmos que existían en su término. Su patrimonio monumental es impresionante, y sigue conservando restos importantes del mismo. En la Edad Media se la llegó a conocer como “La villa de los siete sietes” ya que tenía siete iglesias, siete conventos, siete plazas, siete arcos de entrada en sus murallas, siete casas nobles y siete pueblos de alfoz.

El municipio de Peñafiel es la cuna de la Ribera del Duero y en él se encuentran innumerables bodegas en las que podemos disfrutar con visitas y degustaciones. Su historia se remonta a tiempos prehistóricos; fue un importante asentamiento durante la Reconquista y tuvo un papel destacado en numerosos momentos a lo largo de la historia. De todo ello quedan restos repartidos por toda la localidad que no podemos perdernos. Tenemos que visitar distintos monumentos: el Castillo de Peñafiel -actualmente alberga el Museo Provincial del Vino-, la Plaza del Coso, el Museo Comarcal de Arte Sacro o la Zona Arqueológica de Pintia.

Esta villa tiene el distintivo de Conjunto Monumental e Histórico Artístico de España. Ha estado tradicionalmente ligada a la cultura del vino y en la actualidad es el corazón de la Denominación de Origen Rueda; innumerables bodegas visitables son una muestra de la importancia vinícola de la zona. Su opulento pasado, como centro comercial ligado al vino, también se muestra en las abundantes casonas blasonadas, las fachadas modernistas y los balcones que conforman el paseo principal de Rueda.

La importancia histórica de esta villa se remonta a tiempos muy antiguos y ostenta los títulos de “Muy ilustre, antigua, coronada, leal y nobilísima villa”, ahí es nada. Aquí tuvieron lugar, en 1494, las negociaciones que dieron lugar al Tratado de Tordesillas por el que los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) y el Rey Juan II de Portugal se repartieron el Nuevo Mundo. En esta villa también falleció Juana la Loca. Todos estos apasionantes episodios dan idea de la importancia histórica de esta villa y de toda la monumentalidad que puede albergar. Es imprescindible visitar el Real Monasterio de Santa Clara, el Museo del Tratado de Tordesillas -situado en las Casas del Tratado-, la Plaza Mayor o la Iglesia de San Antolín, entre otras cosas.

Se sabe que los vacceos ya habitaban esta villa; era una tribu de guerreros preromanos de la que se conservan vestigios de su asentamiento. Hay también restos romanos, ha sido asentamiento de los visigodos y los Reyes Católicos dispusieron en 1491 que fuera considerada como Feria General del Reino. En el siglo XVI, Medina del Campo era una de las principales plazas financieras de Europa. No podemos perdernos una visita al Castillo de la Mota, el Palacio Testamentario y a la Fundación Museo de Ferias.

Un viaje por Valladolid a través de siete emplazamientos fundamentales en la historia.

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