ZARAGOZA
Tarazona es una localidad llena de historia... y de leyendas.
La Comarca de Tarazona y el Moncayo se extiende al norte del Moncayo, desde las cumbres de la sierra hasta la depresión del Ebro. Esta localización hace que tenga un espléndido paisaje; no en vano, aquí se encuentra el Parque Natural del Moncayo, la cumbre más alta de la Cordillera Ibérica. Su entorno natural es muy variado, podemos encontrar glaciares, paisajes kársticos, hayedos, encinares, pinares y una importante reserva de fauna.
La localidad más importante de esta comarca es Tarazona, una villa llena de historia. La leyenda dice que sus orígenes se remontan a los descendientes directos de Caín: “fue edificada por Túbalcaín y reedificada por Hércules”, al menos, así lo dice el escudo de la ciudad.
Los restos más antiguos de la actual Tarazona datan a finales del siglo I a.C. Por aquí pasó Augusto -que paró a recuperarse de las heridas de guerra en los baños de Turiaso-, se convirtió en fortaleza de los visigodos, fue conquistada por Alfonso I el Batallador y aquí los Reyes Católicos celebraron las Cortes de Tarazona. Todos estos episodios han forjado el patrimonio arquitectónico que posee esta localidad.
El casco antiguo de Tarazona fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1965; está formado por un núcleo de calles estrechas, desordenadas y empedradas. Podemos perdernos por sus calles, pero también debemos encontrarnos con un sinfín de edificaciones imprescindibles de ver.
La Catedral de Tarazona
Su nombre es Catedral de Santa María de la Huerta de Tarazona. Su construcción se inició en el siglo XII con una planta gótica clásica y se reformó en el siglo XVI en un estilo renacentista. Es, junto con la Catedral de Teruel, la única que tiene mudéjar. Posteriormente se construyó un atrio barroco; la fusión de estos dos estilos la hacen única. También hay que contemplar las pinturas de desnudos mitológicos que adornan la cabecera y el cimborrio; por ello, se la considera la “Capilla Sixtina” del Renacimiento español.
El Monasterio de VeruelaEs un monasterio cisterciense románico y gótico. Comenzó su construcción en 1145 pero las obras se prolongaron durante 250 años, por lo que se puede contemplar la evolución de los distintos estilos arquitectónicos. En la portada de la iglesia abacial se aprecia el estilo románico, en el interior del templo el gótico, y el barroco en la portada de la sacristía y el monasterio nuevo.
Está situado frente a la Catedral de Nuestra Señora de la Huerta. Es una construcción del siglo XVI que perteneció a la familia Eguarás, nobles turiasonenses que estuvieron al servicio del rey Felipe II. Es imprescindible ver su patio renacentista y su jardín botánico.
La Plaza de Toros Vieja
Es una construcción de planta octogonal formada por 32 viviendas que llevan habitadas desde que se levantaron en 1792, y cuyo propósito original era celebrar corridas de toros. Los edificios son de ladrillo, de tres alturas, con ventanas al exterior y grandes arcos en el interior. Esta Plaza de Toros fue declarada Bien de Interés Cultural en 2001.
Si te acercas a Zaragoza, tienes que perderte una jornada por Tarazona y la comarca del Moncayo.
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