Castillo de Benisanó: ¿sabías que en esta fortaleza estuvo prisionero el Rey Francisco I de Francia?

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la Comunidad Valenciana, concretamente a la población de Benisanó. Allí encontramos un gran número de construcciones verdaderamente espectaculares. Entre ellas destaca, como no podía ser de otra manera, el Castillo de Benisanó.

Para conocer su origen, debemos tener en cuenta que se erigió en la segunda mitad del siglo XV. El lugar escogido no era otro que el solar en el que estuvo ubicado una alquería árabe, conocida como Benixanut. Se erigió, además, por expreso deseo de los señores de Benisanó que, por aquel entonces, era la familia Cavanilles y Villarrasa.

Entre sus numerosas características, debemos tener en cuenta que este Castillo de Benisanó es considerado como un castillo-palacio. Entre otras cuestiones, porque hace las veces de residencia señorial, pero también de fortaleza. Originariamente, esta construcción contaba con nada más y nada menos que un puente levadizo, así como un foso. Otra cuestión a destacar era ese espectacular remate triangular y puntiagudo de la torre central. A pesar de todo, estos elementos se eliminaron por completo tras diversas reformas que se realizaron con posterioridad.

Muchas son las estancias de este Castillo que podemos destacar pero, entre ellas, se encuentran el patio de armas, el vestíbulo (donde se accede a los subterráneos en los que ahora hay bodegas), la sala noble, en la que destacan la chimenea, la vidriera y los azulejos (incorporados en el siglo XIX) y la habitación en la que el Rey Francisco I de Francia estuvo prisionero durante 18 días, en nombre del Rey Carlos I de España y V de Alemania.

Precisamente en estas dos últimas estancias mencionadas, encontramos en el techo los escudos de los Cavanilles Villarrasa. Todo ello con una frase de lo más peculiar que ha perdurado a lo largo de los siglos: “La supervía de vos matará amos a dos”. En ella, se hace referencia a una leyenda que tiene estrecha vinculación, precisamente, con la estancia del Rey Francisco I de Francia en este Castillo de Benisanó.

Otro de los tantos elementos a destacar son sus azulejos, que cuentan con un gran valor histórico. Por un lado están los que proceden de la fábrica de Cárcer (finales siglo XIV) y, por otro lado, los conocidos como “cerámica azul” de Manises (finales siglo XV). En cuanto al exterior de esta construcción, debemos tener en cuenta que, antiguamente, salían hasta tres murallas y que, en cada una de ellas, había cuatro torres colocadas a la misma distancia.

Además, había tres portales conocidos como Líria, Bétera y Valencia, que se conservan en la actualidad. Un año a destacar es 1987, cuando don Vidal Valle adquirió este Castillo para convertirlo en un Museo de Arte Contemporáneo, pero jamás se construyó. En 1994, la fortaleza fue embargada a Vidal Valle por Caja Madrid. Tan solo dos años después salió a subasta, y fue comprado mano a mano entre la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Benisanó. De esta forma, y tras pagar 90 millones de pesetas, este Castillo pasó a ser propiedad pública municipal.