El Madrid histórico
Allá por el año 1804, nacía en una carpintería de Madrid el bandolero Luis Candelas. Se convirtió en todo un Robin Hood cuya misión principal era la de robar las más preciosas joyas y objetos personales a la clase adinerada para regalarlo a los más podres, sobre todo, a aquellos que vivían en su barrio, el de Lavapiés.
Cuenta la leyenda que a principios del siglo XIX, un matrimonio adinerado dio a luz a un conocido Luis Candelas, quien pronto se adentró en sus estudios en el colegio de San Isidro.
Pero su comportamiento fue definiendo poco a poco su figura. Las peleas que provocaba fue solo uno de los factores que lo condujo a su expulsión. Eso sí. Nunca perdió sus buenos modales, ni tampoco su afán por lucir buena ropa.
A la corta edad de 15 años ejecutó su primer robo. Desde aquel entonces, Luis descubrió su nueva faceta: la del Robin Hood español. Su agraciada apariencia (moreno, dientes blancos y patilla ancha) le ayudó a conquistar a mujeres ricas a las que robaba posteriormente.
Con la riqueza que conseguía, organizaba fiestas a las que cualquier vecino de Lavapiés estaba invitado. La fama de Luis fue incrementando y ganó el respeto de los madrileños más humildes. Eso sí, nuestro protagonista nunca derramó una gota de sangre durante sus robos, por lo que incluso era considerado un ladrón simpático y agradable.
Con el paso del tiempo y, por consiguiente, de sus entradas y salidas de la cárcel, el bandolero se enamoró en tres ocasiones. En primer lugar lo hizo de Manuela Sánchez, a quien abandonó en Zamora. Después, apareció en su vida un personaje relacionado con la vida del rey Fernando VII, Lola La Naranjera. Por último, entrega su corazón a Clara, una mujer de clase media de Valencia.
Clara se convirtió en su fiel acompañante durante su fuga a Inglaterra tras robar a la modista de la Reina, aunque nunca consiguieron llegar a su destino. Encuentran a Candelas en Gijón, lo detienen y lo ejecutan a garrote vil ante el pueblo madrileño. “Adiós Patria mía, sé feliz” fueron las últimas palabras que pronunció.
Actualmente, la figura de Luis Candelas aún vaga por las calles de Madrid. Sin ir más lejos, en Arcos de Cuchilleros junto a la Plaza Mayor, puede encontrarse un restaurante bajo el nombre de Las Cuevas de Luis Candelas. El local fue inaugurado por el torero Félix Colomo Díaz en los años 50.
De este modo, tal y como informa la página web oficial del lugar, la historia del viejo Madrid perdura en el tiempo, “cumpliendo así con la última voluntad de Candelas, al hacer feliz a todo comensal que visita su casa”.