SAN SEBASTIÁN
Viajamos a San Sebastián para conocer el origen de una de sus edificaciones más visitadas, la Catedral del Buen Pastor.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a San Sebastián, una ciudad verdaderamente preciosa que cuenta con un gran número de construcciones y edificaciones de ensueño. Un claro ejemplo lo encontramos en antigua Iglesia del Buen Pastor, que fue edificada en el siglo XIX como templo neogótico. No fue hasta el siglo XX cuando obtuvo la categoría de Catedral.
Para conocer su origen, debemos viajar hasta el año 1888. Fue entonces cuando se comenzó a edificar la propuesta ganadora del concurso que se llevó a cabo para erigir este templo, que fue precisamente la del reconocido arquitecto Manuel Echave. Como curiosidad, y para poder hacer posible este proyecto, se tuvo que desecar un terreno de marisma que fue inundado por el río Urumea.
Las obras para poder erigir la iglesia del Buen Pastor se desarrollaron hasta el año 1899. Por aquel entonces, la construcción se vio rematada con un elemento verdaderamente impresionante ubicado en la fachada occidental. Nos referimos, como no podía ser de otra manera, al pórtico. A pesar de todo, debemos tener en cuenta que esta Iglesia fue inaugurada dos años antes, en 1897. De hecho, se llevó a cabo una ceremonia a la que asistió, incluso, la Familia Real.
Para poder hacer posible esta construcción, el reconocido arquitecto Manuel Echave se inspiró en un gran número de catedrales alemanas de estilo gótico. Sobre todo, en una en particular que es la que podemos encontrar en la ciudad de Colonia. De ahí que esta construcción destaque especialmente por su verticalidad, así como la gran cantidad de elementos decorativos como gárgolas, pináculos y hasta imponentes vidrieras.
Para conocer la historia de esta Catedral, a su vez, debemos viajar a mediados del siglo XX. Por aquel entonces, se constituye la diócesis de San Sebastián puesto que, hasta ese momento, Guipúzcoa pertenecía a la de Vitoria. De esta forma, la espectacular Iglesia del Buen Pastor pasó a convertirse en nada más y nada menos que la nueva Catedral de San Sebastián.
Además, esta Catedral tiene hasta tres niveles. El primero, es el de los arcos formeros apuntados, seguido de un impresionante muro que está perfectamente decorado con arcos entrecruzados para simular un triforio. Por último, nos topamos con un piso de clasistorio que está formado por ventanales bíforos verdaderamente impresionantes.
Sin duda, una auténtica joya a nivel arquitectónico que, a pesar de su relativa reciente construcción, se ha convertido en una de las construcciones más visitadas y fotografiadas de la ciudad de San Sebastián. ¡Y no es para menos!