Iglesia de Santa María del Castillo: la historia que esconde el emblema de Fuentesaúco

Es el momento más que perfecto para poner rumbo hasta Fuentesaúco, provincia de Zamora. Allí encontramos un gran número de monumentos, construcciones y rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en la Iglesia de Santa María del Castillo.

Se trata, sin lugar a dudas, del edificio más sorprendente y singular que podemos encontrar en Fuentesaúco. Hasta tal punto que, con el paso de los años, se ha convertido en un auténtico símbolo. Debemos tener en cuenta que su origen es verdaderamente incierto.

La primera vez que hay constancia de esta Iglesia es un concierto entre el Concejo de “Fuente del Sabugo” y el obispo Don Suero sobre nuevos arbitrios para la restauración del castillo, así como diversas iglesias de Fuentesaúco. Un año a destacar es 1536, cuando Juan Martínez de Huxebare se encargó de la realización de diversas obras.

Un año a destacar es 1536, cuando Juan Martínez de Huxebare se encargó de la realización de diversas obras, entre ellas, un artificio del reloj. Una de las tantas cuestiones a destacar de esta edificación es que confluyen, a la perfección, diferentes estilos como es el caso del gótico tardío que se aprecia en una de las capillas. Aun así, el estilo que destaca, con diferencia, es el herreriano tardío.

En cuanto a la actual construcción, debemos tener en cuenta que tiene una cabecera que data de la primera mitad del siglo XVI, cuyo autor se desconoce. Eso sí, tanto el cuerpo de la nave como el propio transepto, son creación de Hernando de Nates Naveda, y lo realizó a finales del año 1620.

Uno de los elementos que más llama la atención de esta Iglesia es su torre, que está rematada con un capitel octogonal que está perfectamente abrazado por una corrida balaustrada. Se construye a lo largo del siglo XVII y, entre otras cuestiones, destaca por su austeridad.

No podemos dejar de mencionar que esta Iglesia de Santa María de Fuentesaúco, en la provincia de Zamora, fue declarada Monumento Nacional en diciembre de 1973. Por lo tanto, y merecidamente, cuenta con el estatus de Bien de Interés Cultural. Una edificación realmente sorprendente que no deja absolutamente indiferente a nadie.