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Miravet, un pueblo espectacular a orillas del río Ebro

Miravet, a orillas del río Ebro, es un pueblo de postal: calles de piedra, un castillo en ruinas y unas vistas increíbles que te enamorarán. ¡Te lo descubrimos!

MiravetPixabay

En la provincia de Tarragona y a orillas del río Ebro encontramos uno de los pueblos más bonitos de Cataluña: Miravet. Cuando llegas hasta él, antes de adentrarte entre sus calles, este pequeño rincón catalán ya te regala una estampa de postal. Desde el embarcadero, lo que es el pueblo queda unos metros más allá. Así, se tiene una panorámica preciosa de Miravet: casas que se sitúan cada vez más arriba respecto al río coronadas por el castillo.

Tras las pertinentes fotos desde este rincón (y te adelanto que te va a costar parar de hacerlas) puedes comenzar tu visita por Miravet. Recorrer las calles del casco antiguo te permitirá descubrir lugares como el Molino viejo, el Portal del Motxi o el Palacio del Comendador.

Durante el paseo verás señalizaciones que te llevarán hasta el castillo. Puedes llegar en coche, pero lo mejor que puedes hacer es subir las cuestas y escaleras a pie. No son demasiado empinadas, así que el poco cansancio que te supondrá merecerá la pena por las vistas que te irá regalando a medida que vayas subiendo.

Miravet | Pixabay

El acceso al castillo cuesta ahora tres euros que merece la pena pagar. Tiene zonas más en ruinas y otras bien conservadas: la capilla es la que más destaca y sorprende porque por dentro es bastante bonita y por fuera jamás la reconocerías como iglesia. Pero además puedes ver otras estancias como el patio de armas, el almacen, la bodega o lo que sirvió como comedor.

Por supuesto, si por el camino las vistas son preciosas, desde el castillo que es el punto más alto de Miravet todavía lo son más. Desde el embarcadero tienes una panorámica de ensueño del pueblo y desde el castillo la tienes del río Ebro y sus alrededores. El movimiento del agua del río, el verde de la vegetación a su alrededor y la paz y la tranquilidad que se respira desde allí pese a tener a otros turistas a tu lado te invitarán a quedarte un rato admirando las vistas, que son muy bonitas.

Y cuando por fin decidas deshacer el camino para volver al centro de la villa todavía te quedarán otras cosas por hacer: acercarte a la Iglesia Vieja, acudir a un taller de alfarería o ir hasta el último paso de barca a motor del Ebro en el que podrás subir tu coche a una barca para cruzar el río y descubrir lo que hay al otro lado de este.