GRANADA
La Alhambra es tan magnifica y tan bella que tiende a hacernos olvidar otras joyas de la ciudad de Granada. A continuación te contamos muchos más monumentos que puedes ver en esta bonita ciudad.
Que para hablar de los monumentos más emblemáticos de Granada empecemos por la Alhambra es prácticamente inevitable porque en este conjunto arquitectónico confluyen el arte musulmán y el cristiano de forma casi armónica (no rupturista, como sucede en la Mezquita Catedral de Córdoba); ahora bien, la grandeza artística de la Alhambra no debe deslumbrarnos más de la cuenta, es de decir, no podemos permitir que nos haga perdernos otros tesoros que guarda esta bella ciudad andaluza ¿cuáles son esos tesoros? A continuación te desvelamos los más importantes… pero empecemos por el principio, por la Alhambra.
Este complejo imponente se construyó como palacio, ciudadela y fortaleza, residencia de los sultanes nazaríes y de los altos funcionarios y servidores de la corte, también de soldados de élite; curiosamente fue el avance de la conquista cristiana el que provocó el crecimiento de Granada, al acoger la ciudad parte de la población que huía de las zonas conquistadas por los cristianos. A partir de 1492 la Alhambra se convirtió en Casa Real y fue debidamente reparada por los Reyes Católicos; el Emperador Carlos V, ya en el S.XVI, hizo construir el famoso palacio que lleva su nombre; su época más oscura la vivió con la invasión francesa, época en la que fue seriamente dañada; es, desde 1870, Monumento Nacional.
Una recomendación: si quieres disfrutar de una de las vistas más bellas de la Alhambra, no dejes de visitar el Mirador de San Nicolás.
El Generalife, construido entre los S.XII y XIV junto a la Alhambra, era el palacio de descanso de los reyes musulmanes; con sus jardines ornamentales, sus huertos, sus patios y magníficas edificaciones, es sin duda un lugar de visita más que obligada. Su belleza e importancia es tal que fue declarado Patrimonio de la Humanidad, junto con la Alhambra, en 1984. La del patio de la Acequia es, probablemente, una de las imágenes más icónicas de esta construcción.
La Catedral de Granada o Catedral de la Encarnación, construida allá por 1505 a petición de Isabel la Católica, es una de las obras más notables del Renacimiento español; deberás disfrutarla tanto por dentro como por fuera porque su Capilla Mayor es imponente, además en las naves laterales podrás ver varias capillas de diferentes épocas, y en consecuencia, también de diferentes estilos artísticos.
Esta capilla se construyó por orden de los Reyes Católicos que ya habían decidido entonces ser enterrados en ella; la capilla está dedicada a Juan el Bautista y a Juan el Evangelista; cuando los reyes murieron la capilla estaba todavía en construcción, razón por la que fueron primero enterrados en el Convento de San Francisco de la Alhambra para ser, posteriormente, trasladados a la capilla que hicieran construir para tal fin.
Este palacio, o Casa de la honesta, fue llamada así por haber sido la residencia oficial de Aixa la-Horra, madre del último emir granadino (Boabdil, aquel que según se cuenta lloró al entregar las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos mientras era, además, recriminado por su propia madre); en el S.XVI esta construcción fue convertido por la reina Isabel en convento franciscano; en la actualidad está habitado por las clasistas.
Este monasterio se levantó sobre una antigua construcción árabe, su construcción empezó a principios del S.XVI y se desarrolló durante casi tres siglos hasta convertirse en una de las construcciones más notables del barroco español; lo más destacado de este monasterio es la iglesia, con un imponente alta mayor y una sacristía barroca realmente espectacular.
Este palacio forma hoy parte de la Universidad de Granada pero, como seguro imaginas, no fue construido para ese fin; se fundó originalmente en el S.XIV como universidad islámica, después se instaló en ella el Ayuntamiento de la ciudad (era la sede del Gabildo granadino), ya en el S.XX el edificio fue cedido al estado, restaurado y convertido en parte de la Universidad de Granada.
Construido en la primera mitad del S.XIV, el Corral del Carbón funcionó como almacén y punto de venta de úrico, también como alojamiento para los mercaderes que traían ese trigo a Granada; ya en el S.XVI fue convertido en corral de comedias y en el S.XVII como corral de vecinos y almacén de carbón, de ahí su nombre actual. Fue declarado Monumento Nacional en el S.XIX, época en la que vivían allí una treintena de familias; en el S.XX fue totalmente restaurado y así podemos visitarlo hoy.
Se trata de uno de los baños árabes (hammam) públicos mejor conservados de toda la península; no está claro si se construyeron hacia finales del S.XI o ya en el S.XII y su nombre original era Hammam al-Yawza (o Baño del Nogal) pero desde finales del S.XIX pasó a ser denominado El Bañuelo ¿imaginas por qué? Por su tamaño: estos baños son más pequeños que los baños reales de la Alhambra.
Esta casa, la Casa Morisca de la calle Horno de Oro, es una pequeña vivienda nazarí que originalmente tenía una sola planta, en el S.XVI se le dio un segundo piso; todas las habitaciones de la planta baja están orientadas hacia el patio, como era habitual en las casas musulmanas, la segunda planta se utilizaba como estancia para las mujeres y los niños; tras la expulsión de los moriscos la casa se convirtió en corral de vecinos y, ya en el S.XX, fue adquirida y restaurada por el estado.
¿Eso es todo? Pues no… hay dos barrios granadinos que bien merecen la consideración de tesoros de la ciudad tanto por su encanto actual como por su historia: el Albaicín y el Sacromonte.
Es el barrio más famoso de Granada por su belleza y antigüedad, por aquí pasaron los fenicios y los árabes, los romanos, los cartagineses, los visigodos… No en vano es Patrimonio de la Humanidad desde los años 80. Sus calles estrechas son muy atractivas para pasearlas a placer deteniéndonos a disfrutar de sus fuentes y de los monumentos que guarda.
Este barrio es famoso por sus vistas y también por su historia, es un barrio en el que vivieron los árabes, los judíos y los gitanos que lo convirtieron en parte de su cultura, tanto es así que se dice que es en las cuevas de esta zona donde se guarda el duende del flamenco en su estado más puro.