ZAMORA
Es el momento de conocer la historia que hay detrás del Palacio de los Momos, situado en la ciudad de Zamora. ¡Te sorprenderá!
Viajamos a la ciudad de Zamora, donde encontramos un gran número de rincones, historias, monumentos y edificaciones verdaderamente espectaculares. Un claro ejemplo lo encontramos en el conocido como Palacio de los Momos. Se trata de un edificio renacentista que cuenta con diversos toques que pertenecen al estilo gótico isabelino. Tal es su espectacularidad que su fachada fue declarada Monumento Nacional a mediados de noviembre de 1922.
Para conocer el origen de la construcción del Palacio de los Momos, debemos fijarnos en la figura de Pedro Rodríguez de Ledesma, que fue quien ordenó que se erigiera. Él no solamente era regidor de Zamora, sino también comendador de Peñausende y caballero de la Orden de Santiago. Además, marido de Marina Herrera.
El 12 de noviembre de 1492, los dos instituyeron un mayorazgo, en el que se incluían esas casas en que las que vivían sus fundadores. Motivo por el cual, durante mucho tiempo, esta construcción era conocida como Casa de los Sanabria. Como curiosidad, el Palacio fue utilizado como mesón e, incluso, casa de arrieros.
Lejos de que todo quede ahí, en el año 1931 se creó un proyecto con el objetivo de convertirlo en un hotel de lujo. A pesar de los esfuerzos, ese proyecto no prosperó. En la actualidad, en el Palacio de los Momos de Zamora encontramos el Palacio de Justicia o Audiencia Provincial.
El Palacio de los Momos de Zamora, a través de sus características
Para comenzar, debemos tener en cuenta que del edificio original tan solo se conserva la fachada principal. El resto se vino abajo durante el reinado de Carlos II. Esta imponente fachada se creó con piedra arenisca y cuenta con un gran número de decoraciones, como son motivos heráldicos, flores o aspas. De hecho, el escudo principal corresponde a los apellidos Sanabria, según Fernández Duro.
Por si fuera poco, es importante tener en cuenta que las ventanas son prácticamente iguales entre sí, y todas cuentan con un parteluz con una serie de arquillos que fueron lobulados. De las cinco, cuatro de ellas quedan inscritas en un alfiz rectangular con cardinas. Es la de la izquierda la única que está cobijada por un arco llamado conopial.
En estas ventanas encontramos un gran número de motivos ornamentales. Entre ellos, aparecen unos niños luchando así como unos dragones y unos animales un tanto peculiares. Pero también hay motivos mucho más sencillos, en las situadas en la parte más baja de la fachada del Palacio. En ellas encontramos bolas o pomas o, incluso, una cadena que nace de varias cabezas de león. Sea como sea, estamos ante una construcción que, si visitas Zamora, no puedes dejar de conocer en primera persona. Estamos seguros de que no te dejará indiferente.