No se lo digas a nadie
Parajes sugerentes, rincones únicos que solo pueden contemplarse en lugares donde la naturaleza permanece inalterable. ¿Los conoces ya? Guárdanos el secreto.
La Fuentona de Muriel (Soria)
El nacimiento del río Abión ocurre en un lugar de extraordinaria belleza conocido como “La Fuentona de Muriel”. Un espacio natural único por la limpieza y color de sus aguas. Conocida también con el expresivo nombre de Ojo de Mar, su particularidad reside en las galerías subterráneas que recorren el subsuelo hasta el lugar donde brota a la superficie.
Un camino, accesible para todos y rodeado de sabinas, nos permite llegar cómodamente siguiendo los senderos que flanquean las márgenes del río hasta llegar a La Fuentona. ¿Merece la pena? Quienes ya lo han recorrido dicen que sí.
Los Pilones, Valle del Jerte (Cáceres)
Una de las gargantas del Valle del Jerte tiene la declaración de Reserva Natural, la Garganta de los Infiernos. Esta es una zona natural que se extiende en la Sierra de Tormantos, en la vertiente suroeste de la Sierra de Gredos, a espaldas de los pueblos de Jerte y Cabezuela del Valle.
Se conoce como Los Pilones a un tramo concreto donde se extiende un bloque de granito, y donde las aguas a lo largo de millones de años han ido labrando unas fosas naturales denominadas Marmitas del Gigante. Son unas piscinas naturales excavadas en la roca donde darse un chapuzón en pleno verano es una auténtica delicia.
Alcalá del Júcar (Albacete)
Se trata de uno de los espacios más sorprendentes de toda Castilla la Mancha, dibujada hace siglos por la acción erosionante de las aguas del río Júcar antes de unir su cauce a las del Cardiel a la altura del embalse de Embarcadero.
Pertenece al prestigioso grupo de los Pueblos más Bonitos de España sobre todo por su Puente Romano sobre el Júcar. También te encantará el antiguo castillo, sus cuevas fortificadas y su plaza de toros irregular. En verano puedes disfrutar del río y darte un chapuzón en su playeta, que se forma con la hoz del Júcar que entra en el pueblo. Aquí tienes varios chiringuitos, un pequeña isla fluvial y, en agosto, las fiestas patronales y el mercadillo de la cañada de Dominguillo.
Gulpiyuri (Asturias)
Ya te habíamos hablado de esta diminuta playa oculta entre la costa de Llanes y Ribadesella. Una playa interior y sin vistas al mar situada a unos 100 metros de la costa y rodeada de prados. El agua llega a través de un túnel excavado entre las rocas por el que también suben y bajan las mareas. Este minúsculo paraje, de apenas 50 metros, ha sido ya catalogado como Monumento Natural y aún es posible bañarse y disfrutar de él.
Riotinto (Huelva)
Es un paisaje en el que su profundidad, cromatismo y silencio hacen de él un lugar mágico y singular. Tierras azuladas, aguas rojizas, balcones con una rara paleta de colores naranja... Parece que alguien hubiera añadido un extraño filtro fotográfico a este paisaje onubense, pero la explicación es más sencilla: las aguas que atraviesan este yacimiento -el mayor a cielo abierto de Europa- tienen un PH muy ácido y son ricas en sales ferruginosas, tanto, que la NASA estudió los microorganismos que viven aquí por su posible similitud con los de Marte. Puedes ver todo esto -y entrar en la mina, viajar en tren...- en el Parque Minero de Riotinto.
Calblanque (Murcia)
La zona donde se ubican las Playas Naturales de Calblanque se encuentra dentro del Parque Regional de Calblanque, un refugio para veraneantes que huyen de la masificación pero que no renuncian a bañarse en un cala virgen. Por la importancia de su diversidad biológica, este Parque está protegido por la legislación de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia como Parque Natural. Nos encontramos ante un paraje de una singularidad excepcional, una costa salvaje entre La Manga y Cartagena, hábitat de especies en peligro. Playas vírgenes y espectaculares fondos marinos, un lugar que resiste todavía intacto en nuestra costa Mediterránea.
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