GALICIA
Viajamos hasta Galicia para conocer una de las edificaciones religiosas más espectaculares: el Templo de la Veracruz de Carballiño, el pueblo que celebra el próximo 13 de agosto su famosa Fiesta del Pulpo.
Ponemos rumbo Galicia, para conocer una de las obras más significativas de Antonio Palacios Ramilo. Estamos hablando, cómo no, del Templo de la Veracruz de Carballiño. Esta construcción fue encargada en 1942 por Evaristo Vaamonde, aprovechando un viaje que el arquitecto realizó a Orense.
No fue hasta finales de junio de 1943 cuando se colocó la primera piedra de este Templo de la Veracruz. Un mes más tarde, se iniciaron las obras bajo la supervisión de Adolfo Otero Landeiro, cantero de Carballiño. Tan solo dos años después de presentar el proyecto, Antonio Palacios Ramilo muere por lo que Otero Landeiro junto a Roberto de Agustina y Marcelino Enríquez, reconocidos arquitectos, decide seguir con la construcción. Las obras finalizaron en 1946.
Tres años más tarde, en 1949, se comenzó a erigir la Torre. Una construcción que finalizó en 1956. A pesar de todo, debemos tener en cuenta que el Templo de la Veracruz de Carballiño abrió sus puertas al culto, de manera oficial, el 17 de septiembre de 1952, coincidiendo con la festividad de San Cibrán, patrono de esta espectacular villa.
No podemos dejar de mencionar que, a finales de esta década, se dio el paso de construir el arco parabólico en el que los Doce Apóstoles son los protagonistas. Se trata de una obra de Xesús González, reconocido maestro cantero de O Carballiño. Cuando la construcción del templo concluyó, tras numerosas complicaciones financieras, de los tres artífices originales tan solo uno de ellos vivió para verlo terminado. Se trata de Evaristo Vaamonde.
Un dato de lo más curioso es que este Templo de la Veracruz de Carballiño fue construido con materiales de la zona. Destacan, sobre todo, el granito y la pizarra. Estamos, indudablemente, ante una de las construcciones más sorprendentes, en todos los aspectos, que podemos encontrar en esta singular villa.
En cuanto a este conjunto, debemos saber que es muy complicado definirlo. Y es que en él quedan reflejadas diversas formas no solamente arquitectónicas, sino también escultóricas. En este Templo encontramos un gran número de influencias y trazos que nos recuerdan a otras tantas construcciones religiosas: desde iglesias hasta catedrales, pasando por monasterios y, cómo no, pazos.
Lo cierto es que, en cada rincón de este Templo de la Veracruz de Carballiño, encontramos una simbología verdaderamente espectacular. Algo que nos lleva, de lleno, a esa época en la que se erigió y, sobre todo, queda reflejada la más pura esencia de esta villa gallega tan sumamente sorprendente. ¡No te dejará indiferente! Menos aún si visitas la localidad a mediados de agosto, cuando se celebra la Fiesta del Pulpo, o ya en otoño, cuando se goza del turismo termal.