Acantilados de infarto
Desde Galicia y Asturias hasta las Canarias, y pasando por la Baleares, nuestro país está repleto de acantilados de infarto. Algunos de ellos se encuentran entre los más altos del mundo y nada tienen que envidiar a los fiordos noruegos.
Los Gigantes, Tenerife
Estos acantilados oscilan entre los 300 y 600 metros de altura, conforman una extensión de 15 kilómetros de auténticas paredes verticales inaccesibles. Los guanches (los antiguos aborígenes de la isla de Tenerife), referían a estos acantilados como “las murallas del infierno”. En algunos puntos se encuentran pequeñas playas.
Cabo de Formentor, Mallorca
Es el cabo más septentrional de la isla. Su costa escarpada por el impacto de las olas cuenta con acantilados de hasta 300 metros de altura. Algunos mallorquines se refieren a este punto como el “Punto de encuentro de los vientos”. Desde el Mirador de Sa Creueta se puede disfrutar de una maravillosa puesta de sol. En este cabo también está el faro de Formentor construido en el siglo XIX.
Barbate, Cádiz
En la zona de Barbate no solo está la almadraba, desde el cabo de Trafalgar hasta el cabo de Plata se extienda una gran extensión de costa repleta de acantilados. Cuenta con espacios protegidos de gran importancia ecológica, tales como el Parque Natural La Breña, las Marismas de Barbate. En las Marismas, y en las inmediaciones de la Torre del Tajo, encontraremos acantilados de 100 metros de altura.
Cabo Ortegal, A Coruña
En este cabo se encuentran las rocas más antiguas de la península Ibérica, y las cuartas a nivel mundial. Y también el acantilado de Herbeira, con 613 metros de altura sobre el nivel del mar, que es el más alto de Europa. El cabo Ortegal es el segundo punto más septentrional de la Península.
Cabo de Peñas, Asturias
Es el punto más al norte del Principado de Asturias y está repleto de hermosos acantilados. Es un entorno natural protegido. Desde cabo de Peñas se puede ver el puerto Gijón y hasta la ría de Avilés. Aquí también se encuentra el faro de Peñas, que hoy en día es un museo donde podremos aprender más sobre el mar y sus especies endémicas.
Zumaia, País Vasco
Entre Zumaia y Deba se encuentra la ruta del Flysch, a 100 metros de altura sobre el nivel del mar. Este recorrido está compuesto de una sucesión hermosa de acantilados. Cuando la marea se retira se aprecia aún más la belleza de este entorno tan maravilloso. Los acantilados que más impresionan son los de la zona de Sakoneta y Mendata (Vizcaya).