13.626 KILÓOMETROS RAPIDÍSIMOS Y LLENOS DE PELIGROS

Conocemos la mítica carrera de Le Mans de la mano de Porsche

La firma alemana de deportivos participa en la categoría Hypercars con tres Porsche 963 oficiales y en la nueva LMGT3 con dos 911 GT3 R.

Las 24 Horas de Le Mans es la madre de las carreras. Son ese momento del año que todos los pilotos y aficionados al mundo del motor esperan. Porque es una de las pruebas más exigentes del planeta. Dicen que LeMans es La Meca del automovilismo y que, si te gustan los coches y las carreras, al menos una vez en la vida tienes que ir allí para vivirla en directo.

Son 101 años, nada más y nada menos, los que cumple esta mítica carrera en esta edición número 92. Unas 24 Horas de Le Mans, que aterrizan este año con el regreso de muchas marcas muy importantes. Hoy vas acompañarme, junto al equipo Porsche, para descubrir juntos esta experiencia que, seguro, será inolvidable.

Antes de que empiece la fiesta dentro del circuito, comienza otra fuera, en la ciudad francesa de Le Mans. Allí se dan cita los pilotos participantes en el “Drivers Parade”, en el que realizan un recorrido a bordo de coches clásicos de todas las marcas por sus calles, para saludar y firmar autógrafos a los aficionados. Un auténtico baño de masas previo al verdadero plato principal: la carrera.

En ella, la marca de Stuttgart participa en la categoría Hypercars con tres Porsche 963 oficiales. Un prototipo con la más alta tecnología automovilística, con un sistema híbrido que le da una potencia de 695 CV, junto con una aerodinámica extraordinaria, pensada para trazar curvas por encima de los 200 km/h. Estos prototipos son los únicos coches capaces de plantarle cara a un Fórmula 1. Pero la marca también estará presente en la nueva categoría LMGT3 con dos 911 GT3 R.

23 prototipos y 23 coches de competición se van a batir en un duelo de resistencia. Recordad: 24 Horas sin parar en este circuito de La Sarthe, que tiene un total de 13.626 km rapidísimos y llenos de peligros de todo tipo.

José Antonio Ruiz Director de Comunicación de Porsche Ibérica

¿Os imagináis saliendo a toda velocidad más de 40 coches? A diferencia de otras carreras, en el Campeonato Mundial de Resistencia existen diferentes categorías, todas compitiendo simultáneamente y, por lo tanto, con ritmos muy diferentes; cada uno lucha por ser el primero dentro de la suya.

Eso añade más dificultad al reto, ya que no solo hay que luchar contra los de tu misma clase, sino que también obliga estar pendientes de dejar pasar a coches de categorías superiores o, intentar adelantar lo antes posible a coches más lentos de categorías inferiores, para perder el menor tiempo posible en cada vuelta. Porque aquí cada segundo cuenta.

Todavía quedan muchas horas por delante. Aquí no gana el más rápido; de nada sirve la velocidad si en unas pocas horas tienes que retirar el coche. Es muy importante la estrategia. Además, Porsche tiene una buena causa para dar el máximo tiempo de vueltas posible con sus coches, gracias a su iniciativa “Racing for Charity”.

Una acción de compromiso social, con menores gravemente enfermos de todo el mundo, en la que Porsche dona 750 euros por cada vuelta que den sus coches al circuito de la Sarthe. Para mejorar las condiciones de vida de los niños.

Dr. Friedhelm Beyersdorf, presidente Asoc. Europea Cirugía Cardio- Torácica

“Racing for Charity” se creó el año pasado con el fin de ayudar a los niños con diversas enfermedades. Y, por lo tanto, la cantidad total de 911.000 euros se donó a tres instituciones. Porsche, siempre, tiene un gran compromiso social, asumiendo su responsabilidad con toda la sociedad. Esa responsabilidad es una parte integral de toda la organización. Esto es extraordinario y lo apreciamos mucho.

Al caer la noche, la carrera se transforma, es más…mágica. Todo en oscuridad, solo los faros se abren paso junto con el sonido ensordecedor de los motores, y los discos de freno al rojo vivo, en un trazado que se vuelve aún más complicado. Justo cuando el cansancio empieza a hacer mella… Y aparecen los abandonos.

Que la luz desaparezca y vayan siendo horas de irse a dormir, no significa nada. Aquí la gente sigue atenta a la carrera… Y es que, en Le Mans, se respira una pasión muy diferente por los coches. Es una locura ver cómo cambia la carrera, hasta tus sentidos se agudizan, y empiezas a saber qué coche se acerca solo por el sonido.

Esta carrera es el templo de la automoción. En Le Mans se respira una pasión muy diferente: los aficionados, el ambiente, la rabia, la tristeza, las lágrimas, la felicidad… Muchas emociones se dan cita en este circuito y es inevitable que no dejen en ti una profunda huella para el resto de tu vida.

Vivir las 24 horas de Le Mans es una experiencia increíble. Si te gustan los coches, tienes que venir sí o sí. Al final la victoria fue para el equipo Ferrari, la undécima de su historia. El equipo del español Miguel Molina, que se convierte en el tercer español en ganar aquí tras Marc Gené y Fernando Alonso.

El equipo Porsche Penske, después de conseguir la hyperpole con el 963, finalizó en la 4ª posición final. Rendirse no está en el diccionario de la marca de Stuttgart. Volverán a intentarlo de nuevo, aquí siguen siendo la marca con más victorias, diecinueve. La magia de Le Mans forma parte de su ADN y de su leyenda como marca deportiva.