UNA VÍA CADA VEZ MÁS HABITUAL
Las nuevas formas de movilidad urbana tienen en la bicicleta a una de sus principales aliadas, y aunque siempre ha estado entre nosotros, en los últimos años su popularidad se ha disparado. Por otro lado, son muchos los usuarios que aún tienen dudas con algunos aspectos de su uso...
En los últimos años, hemos sido testigos de una transformación en la movilidad urbana con la irrupción de los nuevos vehículos de movilidad personal. En este cambio de paradigma, la bicicleta ha emergido como una protagonista destacada. La creciente conciencia ambiental y la necesidad de soluciones sostenibles han catapultado la popularidad de la bici como un vehículo urbano eficiente y ecológico. Más allá de ser un medio de transporte, la bicicleta simboliza un estilo de vida activo y saludable a la que hemos dado una especial importancia en los últimos años pese a que la bici ha estado siempre con nosotros.
La infraestructura ciclista en las ciudades ha evolucionado para adaptarse a esta tendencia, con carriles exclusivos y sistemas de alquiler de bicis urbanas que fomentan su uso. Este cambio hacia la movilidad personal y sostenible no sólo redefine nuestras opciones de transporte, sino que también contribuye a la construcción de ciudades más verdes y saludables. Sin embargo, estos cambios también pillan de sorpresa a muchos usuarios, especialmente a los más despistados.
Muchos ciudadanos creen que los carriles bici siguen siendo un "terreno inexplorado" en el que cualquier usuario puede interferir, independientemente de si está circulando sobre una bicicleta o está caminando. Nada más lejos de la realidad: cada vía de circulación tiene su propósito y sus normas, de manera que debemos tener claro cómo y dónde podemos utilizar cada vía de circulación. Precisamente la Guardia Civil nos lo recuerda a través de su perfil en X, donde hace referencia a un sistema cada vez más habitual, pero todavía desconocido para muchos.
En este caso estamos hablando de las "aceras-bici", una vía de circulación que poco a poco se va desplegando por las grandes ciudades como alternativa a los tradicionales carriles bici segregados o unidos a la calzada. Las "aceras-bici", como su propio nombre indica, están colocadas e instaladas en una acera, aunque eso no da derecho a los peatones a utilizarlas como si fuesen una acera tradicional. En las "aceras-bici" parte de la superficie se reserva para ciclistas, y parte para peatones.
En una "acera-bici" los peatones tienen la obligación de caminar dentro del carril delimitado para ello, de igual manera que los ciclistas tienen la obligación de hacerlo dentro de los carriles pintados para las bicicletas. En caso contrario, además de estar cometiendo una infracción se puede poner en riesgo la integridad tanto del ciclista como del peatón: imagina lo poco "agradable" que debe ser un choque entre un ciclista circulando a 20 km/h y un peatón que, sorpresivamente, se cruza en su trayectoria. ¡Respeta!