USO DURANTE LA CONDUCCIÓN
Las dash cam son pequeñas cámaras se acoplan a la luna frontal del coche o a la trasera. La función de las mismas es inmortalizar todo lo que ocurre desde que se arranca el coche.
Las dash cam, cómo su nombre indica, son pequeñas cámaras se acoplan a la luna frontal del coche o a la trasera. La función de las mismas es inmortalizar todo lo que ocurre desde que se arranca el coche, hasta que se llega al destino. Cada viaje queda almacenado en archivos de vídeo que más tarde se pueden copiar en el ordenador. Además, algunas también cuentan con sensor de movimiento para grabar incidentes que se puedan generar una vez el coche está aparcado.
Su instalación es muy sencilla. Tendremos que ponerla justo debajo del espejo retrovisor o un poco hacia la derecha del mismo. Nunca debemos colocarla en un punto en el que molestamos la visión del conductor. Después de esto, debemos conectar el cable de alimentación y esconderlo lo mejor que podamos bajo la moldura del techo y las paredes del coche hasta llegar al conector del mechero, en donde lo debemos enchufar.
Algunas de estas cámaras tienen WiFi incorporado, por lo que podremos conectarnos a ellas con el móvil y la aplicación correspondiente. Cómo ya hemos comentado, cuenta con una tarjeta microSD en donde se almacenarán los videos. Se trata de una grabación circular, que elimina automáticamente los videos antiguos cuando la tarjeta SD está a punto de llenarse, para así tener siempre los momentos importantes grabados. Por lo que no tendremos que borrar a mano vídeos antiguos.
La seguridad de nuestros vehículos es cada vez mayor, su tecnología permite evitar numerosas situaciones de riesgo...pero el factor humano sigue estando presente, todos podemos cometer un error o una imprudencia y generar una situación de peligro que desemboque en un desperfecto en nuestro coche o en un peligro para la integridad humana.
Por eso, últimamente está de moda instalar en nuestros vehículos las llamadas dashcams, cámaras de vídeo instaladas en la luna delantera que se encargan de grabar lo que sucede delante de nuestro coche y que, además, pueden servir para detectar e identificar una situación de peligro.
Sin embargo, parece que la instalación de dashcams puede acarrear una sanción económica, no ya por la instalación de por si, sino por la utilización y manipulación del aparato con el vehículo en marcha. Y es que según la DGT, manipular el aparato con nuestro vehículo en funcionamiento es equivalente a utilizar e teléfono móvil o la radio, desembocando en una multa.
Además, si atendemos a la ley de protección de datos (LOPD), las imágenes tomadas por las dashcam no servirían de nada de cara a un conflicto legal, que sólo podrían utilizarse para fines lúdicos, de forma similar a la que utilizamos aparatos como las cámaras deportivas para grabar.