PREVISTO PARA JUNIO
La aplicación incorpora un nuevo servicio para avisar al conductor acerca de la existencia de estas áreas e informarle sobre si el acceso es posible con su vehículo.
Más de 1.000 millones de usuarios usan la aplicación de navegación de Google. Un servicio de mapas que se ha convertido en una herramienta muy útil cuando desconocemos cuál es el mejor camino hasta nuestro destino, el más rápido o aquel que nos echa una mano para esquivar los radares. A partir de ahora nos ayudará a evitar las multas por entrar en aquellas áreas en las que la circulación está limitada: llegan a Google Maps las alertas de las zonas de bajas emisiones.
La aplicación vive en un estado de constante mejora y actualización para adaptarse a las nuevas medidas, pero todavía no había incorporado los avisos acerca de la existencia de estas restricciones. Hace pocos días Google Maps anunciaba que va a priorizar las rutas ecológicas para aportar su granito de arena a la lucha contra el cambio climático y, al mismo tiempo, informaba sobre la llegada de este nuevo servicio.
En junio llega a España
En los próximos meses Google Maps avisará a los conductores cuando vayan a entrar a un área restringida donde la circulación sólo esté permitida para vehículos no contaminantes. El sistema ayudará a los conductores a identificar esa parte de la ciudad y les informará si su coche pueden entrar o no. En el segundo caso la aplicación le propondrá una ruta alternativa al conductor y toda la información necesaria por si quiere elegir un modo de transporte alternativo.
El primer lugar donde se activará este servicio será en Estados Unidos y, después, las alertas de las zonas de bajas emisiones llegarán a otros puntos. Los primeros países europeos que contarán con esta herramienta serán España, Francia, Alemania, Países Bajos y Reino Unido: a partir de junio Google Maps nos avisará de la presencia de estas áreas restringidas. Posteriormente se extenderá a otras regiones del Viejo Continente.
Rutas más sostenibles
Por otro lado y como apuntábamos antes, Google empezará a diseñar rutas más ecológicas. Cuando un conductor pida a la aplicación que le guía hasta un determinado destino, primero mostrará el camino que, según sus estimaciones, generará menos emisiones de carbono en función del tráfico, del desnivel y de otros factores; esta será la operativa habitual a no ser que el usuario indique lo contario. Es más, cuando las rutas alternativas y menos sostenibles sean significativamente más rápidas, la aplicación ofrecerá todas las opciones posibles con los niveles de contaminación aproximados para poder elegir.