La DGT se enfrenta a una sentencia que puede traer cola
Las multas de radar suponen cada año millones y millones de euros de recaudación para las arcas públicas, pero puede que la DGT tenga que renunciar a parte de sus ingresos
Los radares son capaces de controlar a miles y miles de vehículos cada día, detectando cualquier exceso de velocidad y poniendo en funcionamiento la maquinaria administrativa correspondiente para cobrar la multa pertinente. Y es que las sanciones por exceso de velocidad suponen una fuente importantísima de recursos para las arcas públicas.
Sin embargo, en esta ocasión la DGT es la que está contra las cuerdas, ya que un magistrado del Juzgado Contencioso Administrativo número 5 de Córdoba ha anulado una sanción por exceso de velocidad tras considerar que “no existen dos fotografías que prueben la infracción en dos momentos diferentes”.
Tras recibir una sanción por exceso de velocidad, la asociación de ayuda a conductores DVuelta interpuso un recurso aludiendo a la orden ITC/3699/2006, de 22 de noviembre, en la que se especifica que el instrumento encargado de realizar la medición (el radar en este caso) debe tomar al menos dos fotografías del infractor en dos momentos diferentes, mostrando en una la visión completa del vehículo y en otra la placa de matrícula.
La DGT presentó ambas fotografías, pero resultaron ser, en realidad, dos imágenes que partían de la misma foto, solo que con dos niveles de ampliación diferentes. El juez ha estimado por tanto que no existían ambas fotografías y, por tanto, la sanción debía ser anulada. De hecho, por la forma de proceder de la DGT, ésta última ha sido también condenada a abonar las costas del juicio.
Tras conocer el resultado de la sentencia, desde la asociación DVuelta se anima ahora a que todos los conductores que se encuentren en la misma situación agoten todas las vías disponibles para recurrir sus sanciones, ya que en palabras de Pedro Javaloyes, portavoz de la asociación, esta sentencia abre camino para que miles y miles de multas sean anuladas, un trámite que tendrá que iniciar el propio conductor ya que la DGT no va a anular ninguna sanción de oficio.
Los radares actuales son cada vez más modernos e inteligentes, siendo capaces de detectar todo tipo de infracciones, pero la DGT parece no utilizarlos con arreglo a la ley, de forma que le tocará cambiar el método de actuación si no quiere renunciar a los gigantescos ingresos que suponen las miles y miles de multas por exceso de velocidad que se imponen cada año en nuestro país.