HABITUAL EN COCHES CON MÁS DE 10 AÑOS
Como más vale prevenir que curar, lo ideal es intentar mantenerlos siempre limpios y comprobar su estado con regularidad. Si no lo has hecho y ya es tarde, este artículo te interesa.
Si tu automóvil tiene cierta edad, acumula muchos kilómetros o, cuando llega la noche, sueles aparcarlo a la intemperie, es probable que sus faros estén opacos. Existen varios motivos por los que las carcasas de plástico que cubren las ópticas delanteras de un coche pierden su transparencia con el tiempo y el uso, reduciendo su capacidad para alumbrar la calzada. Aunque hay pulimentos específicos y empresas de limpieza que pueden devolverlos a su estado original, te contamos un remedio casero, barato y fácil de aplicar. Eso sí, recuerda que mantenerlos limpios regularmente los protege más.
Los faros velados es un problema habitual en vehículos con más de 10 años. Entre las razones principales por las que esto se produce con el paso del tiempo se encuentra el desgaste y envejecimiento por la propia naturaleza del policarbonato, un material muy ligero, resistente y con propiedades que permiten una adecuada distribución de la luz emitida por la fuente interna con independencia de su tipología. La exposición al sol (radiación ultravioleta), la lluvia, la suciedad y otros factores ambientales contribuyen a su degradación, que se traduce en opacidad, amarilleamiento y un tacto algo áspero.
Aunque varias compañías especializadas en componentes automotrices desarrollan y venden pequeños equipos de restauración para acrílicos, basados en micropulimentos aptos para esta clase de plásticos, hay algunas soluciones caseras que funcionan. Si bien llevan el mismo tiempo (no más de 15 minutos), son más económicas y no precisan acudir a ninguna tienda para comprar los productos, pues requieren ingredientes y herramientas que todos tenemos en casa. Recuerda que conducir con los faros en mal estado limita tu visibilidad, pone en riesgo la seguridad vial y es susceptible de multa.
El remedio que proponemos, sin ser infalible o mágico, mejorará mucho su aspecto. Simplemente se deben mezclar bicarbonato de sodio y agua hasta formar una pasta con una consistencia similar a la que usamos para lavar nuestros dientes. Acto seguido se ha de aplicar sobre las carcasas de las ópticas que están deterioradas con la ayuda de un paño suave y limpio, frotando en movimientos circulares con una presión media. A continuación, retiraremos la argamasa blanquecina con otro trapo bañado en vinagre tibio y aclararemos con una tercera bayeta usando agua caliente y jabón para vajillas.