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Los pinchazos, enemigos de la seguridad vial

El motivo por el que nunca deberías cambiar sólo un neumático en caso de pinchazo

Los pinchazos o reventones en circulación son uno de los problemas de seguridad vial más comunes y, a la vez, más peligrosos.

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Sí, es cierto que nuestros coches son cada vez más seguros gracias a unas estructuras más resistentes y una enorme batería de sistemas de seguridad preventivos que permiten minimizar los riesgos en circulación. Sin embargo, no son pocos los conductores que se olvidan de que, en realidad, todos esos sistemas y toda esa estructura de la que hemos hablado sólo está en contacto con la carretera a través de cuatro "trozos de goma", los neumáticos.

Los neumáticos son fundamentales si hablamos de seguridad vial, y pese a ser elementos muy resistentes, en ocasiones sufren un desgaste brusco, un reventón o un simple pinchazo que puede suponer un alto en nuestro camino y, por tanto, una reparación de urgencia. Suele ser cuestión de mala suerte, pero es común ver como los conductores que sufren un pinchazo que no se puede arreglar deciden cambiar sólo ese neumático por uno nuevo. ¿Por qué esa acción puede resultar un error que pagar caro?

Si sufres un reventón, cambia al menos dos neumáticos

Es muy poco común que nada más cambiar los neumáticos de nuestro coche por unos nuevos suframos un reventón, pero sí podemos sufrir un pinchazo. ¿Qué sucede entonces? Pues que no resulta "agradable" tener que cambiar dos neumáticos del mismo eje, especialmente el que está en perfecto estado y casi nuevo, por culpa de un reventón en la otra rueda del mismo eje.

La realidad es que es lo que debes hacer: aunque no lo veamos a simple vista, los neumáticos se desgastan de manera muy progresiva desde el primer kilómetro que realizamos con ellos. Eso significa que si al cabo de unos pocos miles de kilómetros sufrimos un pinchazo y sustituimos solo un neumático, instalaremos uno nuevo que tendrá que rodar con un neumático ya desgastado en el lado contrario.

Lo que a priori no parece un gran problema, en realidad tiene consecuencias: el desgaste irregular puede traer problemas de adherencia, especialmente en situaciones de bajo agarre y, lo que es aún más grave: el funcionamiento de sistemas como el ABS o el ESP puede verse claramente perjudicado. Estos sistemas utilizan numerosos datos recibidos desde diferentes sensores, pero uno de los más importantes es la velocidad de giro de los neumáticos, una velocidad que se ve modificada por el diferente diámetro de los neumáticos provocado por un desgaste irregular.

El funcionamiento de estos sistemas puede entonces interferir con un rodar seguro, de manera que en caso de emergencia el control de estabilidad puede no ser capaz de corregir de manera efectiva la trayectoria, o bien el sistema ABS puede llegar incluso a activarse cuando no es preciso al entender que se está dando una situación de emergencia cuando en realidad no es así.

Así es el método de la 'mecha' para arreglar un pinchazo en el momento