Se abre un mundo lleno de posibilidades para todos aquellos fabricantes que se encuentren dispuestos a
invertir y desarrollar las tecnologías autónomas. Un vehículo capaz de conducirse así mismo puede no sólo ser un elemento a tener en cuenta con usos militares, sino que también puede ayudar en el día a día de las personas, ya sea con el reparto a domicilio de comida rápida como ya pudimos ver hace unos días o con el ejemplo que nos ocupa hoy mismo con las unidades
quitanieves autónomas que han sido puestas a prueba por Mercedes recientemente. El
Grupo Daimler AG ha querido mostrar otro de los usos que se le puede dar a la tecnología autónoma con un test realizado en la base aérea de
Pferdsfeld. Un nuevo paso en el desarrollo de sistemas de asistencia en los que se encuentra
trabajando la subdivisión Daimler Trucks, en este caso dirigido para los camiones que trabajan en los aeropuertos despejando las pistas de aterrizaje en días de nieve en los que de otra forma no podrían aterrizar los aviones.
El proyecto, bautizado como
Automated Airfield Ground Maintenance (AAGM), ha sido desarrollado en colaboración con la empresa Lab1886 y ha permitido que
cuatro Mercedes-Benz Arocs 2045 AS 4x4 equipados con el RTI (Remote Truck Interface) hayan podido rodar en convoy simulando una operativa convencional. A través de este sistema, se designa a un vehículo líder, el cual dicta el camino que deben tomar el resto de camiones de un convoy que puede llegar a estar formado por
hasta 14 unidades. La precisión de los elementos con las que se trabaja es tal, que los GPS utilizados para este menester
tiene un margen error menor a tres centímetros, pudiendo los Arocs autómatas realizar funciones como la del encendido o parada, accionar el freno de estacionamiento, controlar la
dirección, el acelerador, la transmisión y los frenos, posibilidad de activar y desactivar el bloqueo de diferencial y, además, gestionar el uso de los extensores de las palas u otros elementos de la maquinaria del quitanieves. El objetivo es el de trabajar con gran precisión incluso en condiciones
meteorológicas muy adversas y de baja visibilidad, permitiendo al equipo de mantenimiento de la pista realizar la limpieza con mayor celeridad y además sin dañar elementos muy costrosos como las luces que delimitan las zonas de aterrizaje