PERE NAVARRO HA HABLADO
Las motos deportivas de altas prestaciones son, según el director de la DGT, un riesgo para la seguridad vial. Su prohibición, o al menos limitación, está en el aire.
Hace unos días, Pere Navarro, quien es el máximo responsable de la Dirección General de Tráfico, realizó unas declaraciones muy polémicas sobre las motocicletas deportivas de altas prestaciones. El pretexto de sus palabras fue, de nuevo, la gran siniestralidad (y mortalidad) que existe relacionada con esta clase de vehículos. Según se pudo deducir de su explicación, el organismo dependiente del Ministerio del Interior tiene intención de poner nuevas barreras tanto a la adquisición como a la utilización de estas motos.
Durante la celebración una conferencia relacionada con la seguridad vial del motorista en Zaragoza, Navarro lanzó un dardo al colectivo que suele conducir máquinas de dos ruedas y alto rendimiento. Se refirió a las motocicletas de más 200 CV y alrededor de 200 kg de peso como vehículos desarrollados para su uso en circuito y potencialmente peligrosos para las carreteras abiertas al tráfico. La cifra de decesos correspondiente a ellos aumentó en 2023 respecto al año anterior.
A pesar de la evidente falta de tacto del mandamás de la DGT, que llegó a frivolizar con los motoristas fallecidos en accidentes, lo cierto es que 7 de cada 10 siniestros que se producen en fin de semana son protagonizados por motos de gran cilindrada pilotadas por conductores relativamente experimentados: con entre 35 y 54 años de edad y con licencias de 10 o más años de antigüedad. En vista de lo anterior, Tráfico podría valorar limitaciones o vetos a las motos con mejor relación entre peso y potencia, si bien es algo que todavía ha de anunciarse oficialmente. Por ahora, ya se ha sembrado la duda.
El hecho de que algunos motoristas no respeten las normas de circulación y sobre todo los límites de velocidad en carreteras secundarias, podría llevar a algunas prohibiciones en las que pagarían justos por pecadores, pues el peligro de estos vehículos depende más del usuario que del aparato. Sin embargo, cabe recordar que la llegada del carnet A2 ya supuso un endurecimiento del acceso a este tipo de motos. Todo lo que venga a partir de ahí serán nuevos impedimentos como los que se plantean para las de 125 cc y su fin de convalidación con el permiso de coche.
Más allá de las desafortunadas afirmaciones de Navarro, el objetivo de la DGT continúa siendo reducir la mortalidad vial. Complicar la obtención y el manejo legal de algunas motocicletas quizá sea una solución, pero ello implicaría lastrar la libertad de movilidad por la que se caracteriza un país desarrollado como España. No sería, eso sí, la primera propuesta que se realiza en Europa en esta línea. Ha habido varias desde los años 90.