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El único método correcto para aparcar tu coche automático: cómo evitar daños en la caja

La transmisión es uno de los componentes más importantes y a la vez más caros de nuestro coche. Mantenerla en buen estado y cuidarla con sencillos gestos es fundamental para que su vida útil sea lo más larga posible

La fiabilidad de los coches actuales ha mejorado en comparación con décadas anteriores, gracias a los avances tecnológicos y la mejora en los procesos de fabricación, aunque no es menos cierto que la mayor complejidad de algunos componentes ha provocado situaciones en algunos fabricantes de automóviles que no han sido del todo agradables para sus usuarios y compradores. Esta fiabilidad no elimina la necesidad de un mantenimiento adecuado, especialmente para componentes complejos y costosos como la caja de cambios automática.

La caja de cambios es uno de los elementos más importantes y delicados de un vehículo moderno. Su función es cambiar las marchas del coche de manera automática, adaptándose a las condiciones de conducción sin intervención directa del conductor. Este sistema es uno de los más costosos y complicados de reparar en caso de fallos, por lo que minimizar su desgaste es siempre una buena idea.

El mantenimiento adecuado de la caja de cambios automática también es crucial para asegurar su longevidad y funcionamiento óptimo. Entre las recomendaciones más comunes se encuentran el cambio regular del líquido de transmisión, siguiendo las especificaciones del fabricante, y la conducción suave para evitar esfuerzos innecesarios en el sistema. La falta de mantenimiento puede llevar a problemas graves y costosos, como la pérdida de la capacidad de cambio de marchas por desgaste de componentes internos.

El método correcto para que la caja de tu coche no sufra al aparcar

Además del mantenimiento regular, es esencial seguir un método correcto para estacionar un vehículo con caja de cambios automática con el fin de evitar daños. El procedimiento más recomendable para ello es el siguiente, toma nota:

1. Detener el coche y engranar la N (neutro): Antes de estacionar, es importante detener completamente el vehículo y cambiar la palanca de cambios a la posición N (neutro). Esto evita que la transmisión esté bajo tensión cuando el freno de estacionamiento se active.

2. Meter el freno de estacionamiento y posteriormente soltar el freno de pie: Una vez en neutro, toca activar el freno de estacionamiento. Esto asegura que el vehículo se mantenga inmóvil, evitando que la transmisión soporte el peso del coche. Luego, suelta el freno de pie para que el coche se apoye en el freno de estacionamiento.

3. Cuando el coche se haya apoyado sobre el freno de estacionamiento, frenar con el pie y engranar la posición P (parking): Finalmente, vuelve a presionar el freno de pie y cambia la palanca a la posición P (parking). Este paso garantiza que la caja de cambios esté en modo estacionamiento sin estar sometida a presiones innecesarias.

Seguir estos pasos no solo se prolonga la vida útil de la caja de cambios automática, sino que también evita situaciones en las que el vehículo podría moverse inesperadamente, mejorando así la seguridad y, a la vez, alargando la vida útil de un componente tan esencial para el funcionamiento del vehículo como la transmisión.

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