El
Nissan Qashqai ha sido la salvación de Nissan en Europa. Simple y llanamente. Llegó como pionero del segmento de los crossover en 2007, llevando a cabo un exitoso cruce entre un SUV y un turismo. Casi unilateralmente, llevó las ventas de Nissan a niveles desconocidos, salvando a la marca japonesa de una situación de ventas decrecientes. Su segunda generación fue lanzada en 2014, y ha conseguido revalidar el éxito de su predecesor. Nos preguntamos
cuáles son los motivos de ser el superventas que es y valoramos si en verdad merece serlo. Quédate con nosotros.
Parece un todoterreno, pero no lo es
Juega con nosotros y nuestros sentidos. El Nissan Qashqai disfruta de líneas duras, con una cintura alta que limita la superficie acristalada. Su carrocería tiene abundantes nervios de expresión, y en el capó tenemos varias protuberancias que añaden músculo a la ecuación. Su firma lumínica es LED, tanto en las ópticas delanteras como traseras. Las llantas de nuestra unidad tienen 19 pulgadas de diámetro y un acabado plateado, a juego con la pintura metalizada del coche.
El resultado de todo este juego estético es una imagen fuerte y aguerrida. Es un coche cuya imagen inspira dureza y confianza. Los diseñadores han hecho un buen trabajo. Ahora bien,
recuerda que no es un todoterreno. No tiene tracción integral, y sus neumáticos son de corte deportivo. Por una pista se defenderá correctamente ya que tiene algo más de altura libre al suelo que un turismo. No obstante, en zonas complicadas será tan efectivo como un Volkswagen Golf. Si vas a circular habitualmente por zonas muy nevadas, o necesitas superar obstáculos complicados, necesitas otro tipo de coche. Aparenta ser un todoterreno, pero en su versión 4x2 es mejor que nos quedemos en el asfalto. No obstante, esto no es una desventaja: es lo que la mayor parte de gente necesita de un coche. Y ahí es donde el Nissan Qashqai despunta.
Muy espacioso, y muy cómodo
Con una longitud de 4,37 metros, tiene un tamaño comparable al de un Opel Astra. Por su estilo de carrocería, logra tener un maletero de 440 litros de capacidad. También permite un espacio interior muy abundante. Los pasajeros de las plazas traseras disponen de un acceso fácil y mucho espacio para las piernas y cabeza. De las plazas delanteras se puede decir lo mismo, además de que disponemos de una postura de conducción muy ergonómica.
Tras 2.500 km acumulados en nuestra prueba, puedo certificar que es un coche muy cómodo, que no pasa factura a sus ocupantes. Además, vamos sentados más altos que un turismo, con mejor visibilidad y mayor sensación de seguridad. Al igual que el resto de SUV y crossover, la visibilidad hacia delante es correcta, pero hacia atrás es muy mejorable. El diseño del coche impide que veamos correctamente en todos los ángulos, y en los acabados superiores del Qashqai - el probado es un Tekna Premium, tope de gama - disponemos de
una cámara de 360 grados. Con 4 cámaras externas, compone en la pantalla central del coche una vista de pájaro, que es especialmente útil en maniobras a baja velocidad o aparcando. Unido al
asistente de aparcamiento pilotado, es de lo mejor del coche y funciona de maravilla. En movimiento, o al incorporarnos a una calle estrecha, seguiremos teniendo problemas de visibilidad.
No todo es maravilloso. Aunque las
terminaciones interiores del coche son correctas, aprueba raspado en comparación a la mayor parte de sus rivales. La superficie de color negro piano de la consola central y puertas es un imán para las huellas de los dedos y el polvo. Cuando el sol da directamente, la pantalla de 7 pulgadas del sistema de infoentretenimiento hace bastante reflejo.
El sistema de infoentretenimiento funciona correctamente, pero su interfaz es mejorable y se percibe anticuado, a pesar de ser de factura reciente. En nuestra unidad de prueba hemos podido disfrutar de un techo panorámico, que aporta mucha luz al interior del coche, pero es fijo.
Comportamiento de coche y bajo consumo
El Nissan Qashqai que hemos probado monta el
motor turbodiésel 1.6 dCi de 130 CV. Es el diésel más potente, y en nuestro caso, iba asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones, con la que acelera hasta los 100 km/h en unos correctos 9,9 segundos. Pienso que es la combinación óptima de motor y transmisión para este coche, permitiendo unas prestaciones más que correctas con unos consumos que me han impresionado para bien. El motor 1.6 dCi ha sido desarrollado hace pocos años, y es más reciente que
el 1.5 dCi de 110 CV, más limitado en prestaciones y con unos consumos casi idénticos. Ante la duda, te recomiendo que vayas directamente a por el motor de 130 CV.
Los consumos del coche han sido buenos, de hecho, mejor de lo esperado en mi opinión. En mis 2.500 km de prueba
la media de consumo ha sido de 5,6 l/100 km, pero si hacemos sólo autopista y respetamos el límite de velocidad el consumo se sitúa en unos 5 litros a los 100 kilómetros. Si somos muy finos con el acelerador y mimamos la conducción, no es complicado reducir el consumo a 4,5 l/100 km.
Me ha impresionado este consumo teniendo en cuenta que llevaba llantas de 19 pulgadas con neumáticos deportivos de 225 mm de sección. En ciudad, con la ayuda del Stop&Start, los consumos rondan los 7 l/100 km siempre que seamos cuidadosos con el acelerador. Con un peso de 1.515 kilos, es un poco más pesado que un turismo equivalente. Sin embargo, su comportamiento dinámico es muy correcto.
No tiene dificultades para cambiar de apoyo en curva, y los balanceos de la carrocería son contenidos. Incluso podría decirse que la suspensión es firme, lo cual es ideal para el comportamiento en carretera, pero resulta algo seca en ciudad, o sobre firme bacheado. Con neumáticos de mayor perfil y llantas más pequeñas resultará más cómodo. Su comportamiento es seguro y predecible, y los controles de estabilidad entran rápidamente si detectan peligro. El coche
transmite mucha confianza al conductor en todo momento.
Tiene un tacto de conducción que ha sido desarrollado con Europa en mente. Aunque la dirección no tenga el mejor de los feedback, tiene un peso muy correcto y buena precisión, buena maniobrabilidad. Si vamos a recorrer pocos kilómetros,
Nissan ofrece dos opciones en gasolina, un 1.2 DIG-T de tres cilindros y 115 CV, o un potente 1.6 DIG-T de 163 CV, también turboalimentado. Ambos tienen consumos reales bajos, y tanto el 1.2 DIG-T de 115 CV como el diésel 1.5 dCi de acceso queda reservado a quienes no busquen una gran respuesta, y sólo vayan a conducir de forma tranquila.
Existe opción a tracción total y caja de cambios automática con el Qashqai 1.6 dCi.
En definitiva
Entiendo perfectamente que el Nissan Qashqai haya vendido casi 24.000 unidades en nuestro país en 2015, y que sea el 8º coche más vendido. Es un producto que es
un anillo al dedo de muchos consumidores, que ven satisfechas todas sus necesidades en él. A pesar de algunos detalles mejorables, es un producto muy sólido y muy equilibrado. La unidad probada cuesta 29.900 euros por todo su equipamiento, pero
la gama Qashqai arranca en 20.350 euros. Por 25.250 euros podemos acceder a un Qashqai 1.6 dCi de 130 CV con cambio manual y acabado 360, en el que se incluye un sistema de cámaras de visión periférica que me parece a estas alturas imprescindible.