CAMBIO CLIMÁTICO

El polo sur tiene el doble de agua de deshielo de lo que se pensaba

¿La consecuencia? El peligro de que aumenten los niveles del mar es mucho mayor de lo que esperábamos.

AntártidaRebeca Dell

Cada verano, a medida que las temperaturas aumentan, el calor provoca que las superficies de las plataformas de hielo flotantes de la Antártida se derritan y se acumule agua. Estudios previos ya habían demostrado que los lagos de agua de deshielo superficiales pueden contribuir a la fractura y colapso de la plataforma de hielo, ya que el peso del agua puede hacer que el hielo se doble o rompa.

De este modo, el aumento del agua de deshielo puede provocar inestabilidad o colapso de la plataforma de hielo, lo que a su vez conduce al aumento del nivel del mar. Sin embargo, el papel del aguanieve en la estabilidad de las plataformas de hielo es más difícil de determinar.

Y hay otro problema más: el aguanieve (esa sopa que forma la nieve al derretirse) constituye más de la mitad de toda el agua de deshielo en las plataformas de hielo de la Antártida durante el pleno verano, pero no se tiene en cuenta adecuadamente en los modelos climáticos regionales.

Ahora, un equipo de científicos, liderados por Rebeca Dell de la Universidad de Cambridge, utilizaron técnicas de inteligencia artificial para mapear el aguanieve en las plataformas de hielo de la Antártida y descubrieron que el 57% de toda el agua de deshielo se encuentra en forma de aguanieve, y la cantidad restante se encuentra en estanques y lagos superficiales.

Antártida | Pixabay

En un estudio publicado en Nature Geoscience, el equipo de Dell logró demostrar también que el agua de deshielo y el agua de deshielo acumulada provocan una formación de agua de deshielo 2,8 veces mayor de lo previsto por los modelos climáticos estándar, ya que absorbe más calor del sol que el hielo o la nieve. Los resultados podrían tener profundas implicaciones para la estabilidad de la plataforma de hielo y el aumento del nivel del mar.

"Podemos utilizar imágenes satelitales para mapear lagos de agua de deshielo en gran parte de la Antártida, pero es difícil mapear el aguanieve, porque se parece a otras cosas, como las sombras de las nubes, cuando se ve desde un satélite – explica Dell en el estudio-. Pero utilizando técnicas de aprendizaje automático, podemos ir más allá de lo que el ojo humano puede ver y obtener una imagen más clara de cómo el aguanieve podría estar afectando al hielo en la Antártida".

Utilizando datos ópticos del satélite Landsat 8 de la NASA, el equipo de Dell, en colaboración con científicos de la Universidad de Colorado Boulder y la Universidad Tecnológica de Delft, entrenaron un modelo de aprendizaje automático para obtener registros mensuales de lagos de aguanieve y agua de deshielo en 57 plataformas de hielo antárticas entre 2013 y 2021.

"El aprendizaje automático nos permite utilizar más información del satélite, ya que puede funcionar con más longitudes de onda de luz de las que el ojo humano puede ver - añade Dell -. Esto nos permite determinar qué es y qué no es aguanieve, y luego podemos entrenar el modelo de aprendizaje automático para identificarlo rápidamente en todo el continente".

Dado que el aguanieve es más sólido que el agua de deshielo, no causará hidrofractura de la misma manera que lo hace el agua de un lago, pero "definitivamente es algo que debemos considerar al intentar predecir cómo o si las plataformas de hielo colapsarán", explica el estudio.

Además de las posibles implicaciones del lodo en la hidrofractura, también tiene un gran efecto en las tasas de fusión. Dado que el aguanieve y los lagos son menos blancos que la nieve o el hielo, absorben más calor del sol, lo que provoca que se derrita más nieve. Este derretimiento adicional actualmente no se tiene en cuenta en los modelos climáticos, lo que puede dar lugar a subestimaciones en las proyecciones del derretimiento de la capa de hielo y la estabilidad de la plataforma de hielo.

"Me sorprendió que esta agua de deshielo estuviera tan mal contabilizada en los modelos climáticos – concluye Dell-. Nuestro trabajo como científicos es reducir la incertidumbre. En el futuro, es probable que los lugares de la Antártida que actualmente no tienen agua ni lodo comiencen a cambiar. A medida que el clima siga calentándose, se producirá más derretimiento, lo que podría tener implicaciones para la estabilidad del hielo y el aumento del nivel del mar".

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