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VÉRTIGO
El miedo a las alturas es una reacción muy común para el ser humano, que le avisa de un peligro probablemente mortal para que actuemos con cuidado, pero así es como funciona nuestro cerebro.
Todo el mundo tiene miedos, algunos son más inusuales y otros son más comunes; como el miedo a las arañas o a las alturas. Este último es de los más comunes, hasta un 10% de la población tiene dificultades para caminar cuando se encuentra elevada a una altura considerable. La acrofobia o vértigo provocan en la persona que lo sufre síntomas como mareos o nauseas, pero esto se debe a una respuesta cerebral específica.
Y es que cuando se trata de actuar a grandes alturas, las neuronas del gris periacueductalse activan. Las neuronas que residen en esta área del cerebro mantienen la calma en espacios desconocidos para mantenernos alerta sobre un posible peligro. Estas células están conectadas al sistema visual, a través del cual el cerebro interpreta la altura.
A pesar de que se trata de un reflejo completamente natural, en ocasiones, este aviso de peligro puede verse reflejado en forma de vértigo. En el hipotético caso de que estas neuronas se desactivaran, el miedo desaparecería en el momento, ya que se estaría eliminando ese proceso de interpretación de la altura y, por lo tanto, de inminente peligro.
Este hecho, además de eliminar la sensación de miedo, provocaría que se perdiera el sentido común para actuar de forma segura. Estos descubrimientos, en primer lugar, se realizaron gracias a investigaciones con ratones. Dichos animales procesan el vértigo de forma muy parecida a la nuestra. En su caso no se sabe qué elementos son los que provocan esa respuesta, pero gracias a ello se consigue entender mejor el vértigo.