TRANVÍAS
Si pensamos en tranvías solemos pensar en Portugal, en Lisboa y Oporto por ejemplo, pero hay más ciudades que mantienen operativos sus tranvías ¿sabes cuáles son y dónde están?
Los primeros tranvías empezaron a funcionar en los primeros años del S.XIX (a partir de 1807) ¿imaginas en dónde? En Gales… aunque allí y entonces su fuerza de tracción era animal (caballos) y estaban diseñados para transportar mercancías; París fue de las primeras grandes ciudades en tener tranvía y a España llegaron en la década de 1870; aunque la cosa empezó en Europa, en América pronto vieron la utilidad del tranvía y en Nueva York ya tenían tranvía antes de mediados del S.XVIII, después comenzaron a funcionar en La Habana, Santiago de Chile, Buenos Aires, Lima…
¿Y los primeros tranvías electrificados? El primer tranvía eléctrico fue el de Berlín y tras él llegó el de Budapest, ambos antes de que terminara el S.XIX; ya en el S.XX el tranvía se convirtió en el transporte de moda y en el principal transporte urbano hasta que, con la llegada de los coches y autobuses, empieza su declive, un declive que se ha visto revertido en cierto modo en los últimos años, a finales del S.XX y ya en el S.XXI, al ser considerado una solución a la difícil movilidad urbana.
Claro que hoy no queremos hablarte de los tranvías modernos que empezaron a rodar en el S.XXI sino de los antiguos, los que que llevan un siglo sino más prestando servicio, por supuesto son más de cinco pero estos cinco nos encantan:
El cable car de San Francisco es, probablemente, el tranvía más famoso del mundo y es que se trata de un tranvía casi único porque combina el tranvía clásico con el funicular. Fue inaugurado en el S.XIX, concretamente en 1878, cuenta con tres líneas y recorre un total de 25 kilómetros. Se trata del único tranvía del mundo que funciona todavía de modo manual, es decir, aquí no hay automatismos que valgan, el conductor tiene que maniobrar manualmente para fijar el cable y que el tranvía puede subir las empinadas cuestas de San Francisco.
Este cable car no es el único tranvía de la ciudad, hay más que también utilizan coches centenarios perfectamente conservados; un detalle importante: si optas por obtener la tarjeta Go San Franciso Pass, tendrás un viaje gratuito en tranvía al día.
El tranvía de Nueva Orleans es uno más de los encantos de esta histórica y baqueteada ciudad; tanto es así que el tranvía que circula St. Charle Avenue pasa por ser el trayecto en tranvía más largo y antiguo del mundo y es que se trata de una ruta centenaria de más de 20 kilómetros de largo. Además de esta antigua línea hay tres líneas más de tranvía en Nueva Orleans así que recorrer la ciudad haciendo buen uso de ellas es una magnífica opción.
El de Trieste es uno de los más espectaculares de Europa y recuerda en cierto modo al de San Francisco porque, como aquel, combina tranvía y funicular y es que comunica el centro de Trieste con Opicina, una aldea de montaña cercana a la frontera con Eslovenia: funciona desde 1902 y recorre los 5 kilómetros de trayecto salvando un desnivel de unos 350 metros.
Este tranvía ha sido mejorado en los últimos años pero mantiene su encanto histórico lo que, sumado a las bonitas vistas que podrás disfrutar durante el trayecto, lo convierte en una experiencia inolvidable.
El tranvía de Alejandría es también centenario (construido a finales del S.XIX y electrificado desde principios del S.XX); recorrer la ciudad en él es una experiencia imperdible porque al hacerlo podrás pasear a placer (y en tranvía) por los barrios más antiguos de la que es una de las ciudades más antiguas del mundo (fundada por Alejandro Magno en el año 331 a.C.).
¿Curiosidades? Este tranvía es uno de los pocos en el mundo que cuenta con coches de dos pisos (son los famosos coches azules de la línea 1). Debes saber también que normalmente el primer tren del convoy está reservado para mujeres.
Claro que no es necesario salir de España para montar en tranvía, podemos hacerlo en Barcelona porque allí funciona el Tranvía Azul y lo hace en una ruta realmente bella: la Avenida Tibidabo con sus bellas mansiones modernistas.
Fue inaugurado en 1901 y por su utilidad para accedes al funicular que nos permite subir a la cima más alta de Barcelona (a del Tibidabo) no se desmanteló como sí ocurrió con tantos tranvías en España durante las décadas de los 60 y 70.