RELIQUIAS
Es el momento de hacer un repaso histórico por aquellos lugares donde, supuestamente, se encuentra la Santa Lanza. ¿Dónde podemos encontrarla?
En el Evangelio de San Juan, conocido popularmente como el Cuarto Evangelio, se puede leer que, cuando llegaron ante la cruz donde estaba Cristo y al ver que se encontraba ya muerto, no le rompieron las piernas. Lo que uno de los soldados hizo, para asegurarse de que estaba muerto, fue abrirle el costado con una lanza. Prácticamente al instante, brotó tanto sangre como agua.
Debemos tener en cuenta que es el único de los Evangelios que habla de esta Lanza, concretamente en el 19, 33-34. El nombre del soldado que llevó a cabo esta acción tan conocida fue nada más y nada menos que Cayo Casio Longinos. Bien es cierto que este dato no se encuentra en el Evangelio de San Juan, sino en el Evangelio Apócrifo de Nicodemo. Éste, además, fue quien rescató la gran mayoría de las reliquias de lo que conocemos como la Pasión.
Muchos son los autores que aseguran que Longinos, al parecer, estaba mal de la vista. En el momento en el que clavó la lanza a Cristo, al saltarle el agua y la sangre a los ojos, la recuperó y reaccionó convirtiéndose al cristianismo. Lejos de que todo quede ahí, pronunció una frase que pasó a la historia: “Verdaderamente este era el Hijo de Dios”.
Cabe destacar que la iglesia decidió santificar a Longinos. Es más, Bernini realizó una escultura del soldado, que actualmente está situada en una de las hornacinas de los pilares de la cúpula de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Por lo tanto, está en un lugar verdaderamente privilegiado e importante para el cristianismo. Como curiosidad, le esculpió a pie y no a caballo, a pesar de que pertenecía a la caballería del ejército romano.
Con el paso de los años, esta Santa Lanza llegó a estar en manos de San Mauricio, uno de los comandantes más conocidos de la historia. A su muerte, esta reliquia pasó a ser de Constantino el Grande. Tal devoción le tenía que, incluso, la llevó encima en la batalla de Puentemilvio en la que consiguió la victoria.
En cuanto a los siguientes destinos de la Santa Lanza, muchos son los que aseguran que formó parte de las reliquias que los persas decidieron llevar hasta Jerusalén. Al igual que ocurre con otros objetos sagrados que pertenecen a la Pasión de Cristo como en este caso, según la tradición, está situada en lugares como El Vaticano, Armenia o, incluso, Viena.
De esta manera, con motivo de celebraciones litúrgicas, se exponía la Santa Lanza del Vaticano. Algo que, en la actualidad, ya no se muestra. En cuanto a la de Armenia, como mencionan diversos autores, fue encontrada durante la Primera Cruzada de Pedro Bartolomé, allá por el año 1098, en la preciosa catedral de San Pedro de Antioquía. La tradición asegura que Pedro, para hacer válida su autenticidad, dijo que no moriría si se adentraba al fuego con la Santa Lanza. Evidentemente, falleció quemado vivo.
En cuanto a la de Viena, durante muchos años llegó a ser considerada como un auténtico talismán en todos los sentidos. Según diversos autores, estamos ante un puñal de la edad de hierro que cuenta, aproximadamente, con unos 30 centímetros de longitud partida en dos trozos, y están unidos por un material de plata. A pesar de todo, recientes investigaciones sobre la Lanza de Longinos, parecen indicar que su existencia podría ser fruto de una leyenda que, con el paso de los años, ha ido pasando de generación en generación.
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