ESTUDIO EUROPEO

Las normas de los pasajeros adultos a bordo incomodan a los niños cuando viajan en avión

Solo el 3% de los niños españoles afirma que los adultos no les molestan durante los viajes en avión. El 72% de los niños españoles reconoce que les gusta mucho montar en avión lo que no les gusta tanto son las normas de los pasajeros adultos.

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Volar en avión es una actividad que encanta tanto a mayores como a pequeños. El 72% de los niños españoles reconoce que les gusta mucho montar en avión lo que no les gusta tanto son las normas de los pasajeros adultos. El 60% de los niños reconoce que se ha sentido cohibido en alguna ocasión porque un adulto le ha pedido que se estuviera quieto.

Y es que siete de cada diez pasajeros de entre seis y once años considera que los aviones no están lo suficientemente adaptados para realizar viajes en familia. Así lo revela el macroestudio realizado por Booking.com, en el que ha entrevistado a más de 5.000 niños de entre 6 y 11 años.

La petición de estar sentado y en silencio durante todo el trayecto se sitúa en la segunda posición entre las solicitudes que menos gustan a los niños españoles (40%), seguida del mal humor de algunos de los viajeros adultos, con el 37% de los votos.

A nivel europeo, más de la mitad de los niños (55%) reconoce haberse sentido cohibido cuando viajaba en avión porque algún pasajero adulto se había quejado o había pedido que se estuviera quieto.

Aunque los más pequeños siempre están en el punto de mira en el avión, los niños han votado a los adultos como los pasajeros que más incordian a bordo. Solo el 3% de los niños españoles afirma que los adultos no les molestan. A pesar de ello, los más pequeños no están a favor de prohibir el acceso de adultos, y prefieren que se habilite una zona para familias dentro de los aviones.

Espacio limitado y presión en los oídos

El estudio pone de manifiesto cuánto les gusta volar a los más pequeños, cifra especialmente alta en el caso de España, con el 72% de los niños que afirma que le encanta viajar en avión, frente al 64% de la media europea. Sin embargo, 7 de cada 10 pasajeros jóvenes reconoce que los aviones no se adaptan del todo a las necesidades específicas que ellos y sus familias tienen.

El espacio limitado a bordo se sitúa como el principal motivo, con el 55% de las respuestas, seguido de la presión en los oídos que pueden experimentar los más pequeños por la altura (51%), y la sensación de piernas dormidas por estar un rato sentado (43%).

A nivel de usuarios aéreos, el estudio revela que el 30% de los niños europeos nunca ha volado en avión. España destaca, sin embargo, por ser uno de los países con una de las tasas de viajeros aéreos jóvenes más elevada (74%). Por otro lado, en Francia casi la mitad de la población menor de 11 años (46%) nunca ha subido a un avión.

El estudio pone de manifiesto además el consenso generalizado entre los niños de España, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido sobre la necesidad de escuchar más a los jóvenes como solución para mejorar la experiencia de vuelo.

El 85% de los niños europeos cree que los adultos no prestan atención a sus opiniones o ideas, porcentaje que alcanza el 91% en el caso de España.

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