INGLATERRA
Ponemos rumbo a la ciudad inglesa de Birmingham, para conocer la historia de uno de sus grandes símbolos: la Catedral de San Felipe.
Es el momento de conocer una de las edificaciones religiosas más sorprendentes que podemos encontrar en Inglaterra. Estamos hablando, cómo no, de la Catedral de San Felipe de Birmingham. Fue construida a principios del siglo XVIII por Thomas Archer.
Se planteó construir esta Catedral de San Felipe cuando una iglesia cercana, la de San Martín, comenzó a quedarse pequeña ante el importante crecimiento de la ciudad de Birmingham. El terreno en el que se erigió, que era conocido como ‘Barley Close’, fue donado en el año 1710 por Robert Phillips.
Debemos tener en cuenta que la Catedral de San Felipe está ubicada en uno de los puntos más altos de este distrito. De ahí que, durante siglos, se haya dicho que está prácticamente al mismo nivel que la cruz de la Catedral de San Pablo, situada en la ciudad de Londres.
Tras una ley del Parlamento, en el año 1711 comenzaron las obras de esta Catedral por el diseño que previamente había elaborado Thomas Archer. Tan solo cuatro años más tarde, este templo estaba listo para que fuera consagrado. Se tomó la decisión de dedicarlo a San Felipe en homenaje a quien donó la tierra para su construcción: Robert Phillips.
Uno de los puntos por los que esta iglesia destacaba más era por su imponente biblioteca parroquial donada por William Higgs. Fue en el año 1792 cuando Spencer Madan decidió construir una sala de biblioteca justo al lado del templo, por lo que recibió el nombre de Biblioteca Parroquial.
La Catedral de San Felipe de Birmingham, a través de su historia
No es ningún secreto que durante los siglos XVIII y XIX, las ciudades experimentaron un enorme crecimiento a nivel industrial y, por tanto, también demográfico. Esto ocasionó que aumentara el número de edificios religiosos, y también administrativos. Además provocó que, en 1889, Birmingham se convirtiera en una ciudad de pleno derecho.
Mientras ciudades como Liverpool tuvieron la oportunidad de erigir nuevas catedrales, lo cierto es que otras tantas utilizaron las iglesias y abadías existentes para que, administrativamente, fueran elevadas a catedral. Fue entonces cuando en 1905, gracias a la mediación de Joseph Chamberlain y Charles Gore, San Felipe consiguió ser Catedral. De hecho, fue Gore el primer obispo.