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Un destino para una escapada ideal

Colmar, la pequeña ciudad francesa que le hace la competencia a París

Resulta difícil pensar en Francia y no relacionarla automáticamente con la hermosa París pero lo cierto es que hay otras muchas ciudades que, en los últimos años, hacen competencia a la capital. Colmar es el ejemplo más importante de esto.

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París es el principal centro de atracción turístico en Francia y lo es por méritos propios. La Ciudad del Amor no solo es la Ciudad del Amor, es un conjunto de monumentos y edificios a cada cual más hermoso que nos envuelve en un espíritu diferente, ese espíritu parisino del que sus habitantes pueden presumir con orgullo.

Y aunque esa atención sobre la capital no ha descendido de ningún modo, sí es cierto que en los últimos años muchos ojos han empezado a posarse sobre una pequeña ciudad situada en la región de Alsacia que es, sin duda, una de las más bonitas del país. La competencia directa de París: Colmar.

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Colmar tiene poco más de 68.000 habitantes y un encanto al alcance de muy pocos. Por su cercanía con Alemania, comparte con ésta ciertas características arquitectónicas apreciables sobre todo en un casco histórico precioso, el centro de vida de la ciudad.

Con más de 1.000 años de historia, Colmar puede estar muy orgullosa de la belleza que ha conservado de otras épocas. En recuerdo a una Edad Media próspera en la ciudad encontramos, por ejemplo, la Colegiata Saint-Martin, una de las iglesias góticas con más belleza de Europa. Es igualmente bella la Iglesia Dominicana, construida en el siglo XII.

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Más rastros del estilo gótico que dominó la Edad Media lo encontramos en la Casa Adolph, situada en la Plaza de la Catedral, o en el llamado Koïfhus, la Antigua Aduana. Terminado en el año 1480, en su día fue el mayor edificio de la ciudad. Se ha sabido conservar de forma estupenda y es en nuestra época uno de los reclamos turísticos, tanto por su historia como por lo bonito de la obra.

Mención aparte merece la Casa Pfister, una mansión burguesa que data del siglo XVI y que ya da muestras de la arquitectura renacentista que llegó a la región. Considerada por muchos la casa más bonita de la ciudad, te detendrás frente a ella como si hubieras cambiado, repentinamente, de siglo.

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Colmar, lo estáis viendo, es una ciudad de gran belleza que además cuenta con un edificio que sobrepasa la línea de lo común: la Casa de las Cabezas, de principios del siglo XVII. Su nombre proviene de las más de 100 cabezas y máscaras que decoran su fachada, dando un aspecto ciertamente tétrico al edificio.

Pasear por las calles de Colmar y disfrutar de sus pequeñas casas de madera que parecen salidas de un cuento -y cuyo diseño varía dependiendo del barrio en el que te encuentres- es también un reclamo para el turista que suele encontrar en uno de estos barrios su lugar favorito en la ciudad: hablamos de la Pequeña Venecia. Las casas tradicionales de Alsacia dominan la Pequeña Venecia francesa, situada a la orilla del río Launch. Puedes recorrerlo a pie pero nuestra recomendación podéis imaginarla: hacedlo en barca.

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No os podéis marchar de Colmar sin disfrutar de la ciudad cuando el sol ya se ha puesto: un espectáculo de luces os dará la bienvenida a cada calle y os hará desear volver siempre que tengáis una oportunidad de hacerlo.