NAVIDAD
¿Te has planteado alguna vez que hay lugares del mundo en los que la Navidad llega en verano? Ese es el caso de Australia: te contamos cómo la viven allí.
La Navidad es una época del año nostálgica. Pasamos tiempo en familia, las calles lucen decoradas para la ocasión con adornos, alumbrados y villancicos. Hay mercadillos, a los que acudimos bien abrigados con chaquetas y, según la ciudad o el año, con guantes, gorros y bufandas. A veces incluso nieva. Sin embargo, en nada se parece nuestra Navidad a la que viven en Australia: allí la pasan en la playa y con calor.
Quizá nunca te habías parado a pensarlo, pero cuando aquí es invierno en la otra punta del mundo es verano. Y eso es lo que ocurre en Australia, donde se vive una de las Navidades más curiosas del planeta.
Años atrás, los australianos se reunían los días 25 y 26 de diciembre en la casa de algún familiar y así, junto a sus seres queridos, disfrutaban de asados de carnes y puddings. Sin embargo, y aunque hay quienes todavía celebran estas fechas tan señaladas en el calendario de esta manera, son cada vez más las personas que deciden juntarse en la playa con sus familiares y amigos y hacer una barbacoa de pescado junto al mar.
Pero no pienses que eso es todo lo que hacen, porque los australianos viven a tope la Navidad. Muchos, pese a estar en la playa y que a nosotros nos parezca un contexto extraño, se colocan en la cabeza un gorro de Papá Noel. Y otros se ponen el traje entero, cogen una tabla de surf y se ponen a surcar las olas vestidos con el traje rojo en lugar de con bañador.
Además, Papá Noel llega en tabla de surf hasta la costa australiana y los niños acuden a ver como alcanza por fin la arena dispuesto a hacer entrega de los regalos. Una arena que a los australianos no les sirve solamente para hacer castillos o jugar con cubos y palas, sino que con ella hacen muñecos de arena, puesto que allí no hay nieve en Navidad.
Hablando de nieve, algunos la compran artificial para decorar sus hogares o los árboles, que colocan cada mes de diciembre igual que hacemos nosotros. A veces, incluso, instalan alguno bien adornado frente al mar, regalando imágenes para nosotros bastante curiosas. Pero volviendo a las casas, los australianos las llenan de calcetines navideños, bastones de caramelos e incluso regalos, pues los colocan bajo el árbol semanas antes de Navidad.
Otra de las cosas en las que coinciden con nosotros, además de en montar un árbol, es en cantar villancicos. Los australianos también disfrutan con la música navideña y, de hecho, cada 25 de diciembre se celebra en la ciudad de Melbourne un evento en el que una gran multitud de personas sale a la calle con una vela encendida para cantarlos. También se reúnen con el mismo fin en Nochebuena y el dinero que recaudan lo donan a una organización.