La historia oscura de algunas ciudades
Las ciudades, como los seres humanos, también pueden superar las enormes heridas que sufren. En Europa, el paso de las guerras ha hecho mucho daño, pero nuestras ciudades han sabido renacer de sus cenizas. ¡Aquí tienes las más castigadas!
Aunque a día de hoy Europa sea, por lo general, un continente que conoce la paz y en el que aparentemente no hay ninguna amenaza, hace menos de 100 años estábamos viendo cómo se destruía poco a poco. Dos grandes guerras, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, especialmente esta última, sacudieron gran parte de los países que lo conforman, dejando tan solo desolación a su paso. Las principales bajas de estos conflictos armados fueron, como es evidente, las humanas. Millones de personas fallecidas por el odio humano, la mayor tragedia que puede contemplar una ciudad. Y precisamente fueron también algunas de las ciudades más bellas de nuestro continente las que sufrieron las consecuencias de las guerras en sus propias carnes o, mejor dicho, en sus propios muros.
Algunas de estas ciudades de las que hablamos quedaron reducidas a cenizas, prácticamente sin esperanza, y sin embargo ha sido el coraje de sus propias gentes lo que ha provocado que vuelvan a renacer, a resurgir, y que actualmente brillen con luz propia. Aunque siguen quedando heridas y cicatrices que nos recuerdan el horror que habitó en sus calles durante un tiempo, ahora estas ciudades lucen tan bellas como antes y poseen una magia especial, la magia de esos lugares que han sabido pasar página y dejar a un lado el dolor. Te descubrimos las ciudades europeas más castigadas.
Budapest
La capital de Hungría es hoy en día uno de los destinos más deseados por viajeros de todo el mundo. Sin embargo, allá por 1945 estaba siendo destruida de arriba a abajo. Lugares emblemáticos de la misma, como su Puente de las Cadenas, su Parlamento o la Iglesia de Matías, fueron destruidos total o parcialmente. Por suerte, ahora disfrutamos de su belleza tras una reconstrucción de la ciudad realmente brutal.
Dresden
Dresden, ciudad alemana, guarda la belleza de esos lugares que han sido heridos. Sus edificios y sus calles, que conservan cierto tono negruzco como recuerdo del paso de las guerras, transmiten una combinación de fragilidad y fuerza que consigue atrapar a todo aquel que los contempla. Igual que ocurría con Budapest, Dresden tuvo que ser reconstruida en gran parte, aunque aquí se vislumbra más el horror que se vivió hace unos años.
Varsovia
Si hay una ciudad que fue destruida por completo en la Segunda Guerra Mundial, esa fue Varsovia. La ira del ejército nazi se personificó en la destrucción prácticamente total de la capital polaca, en la que el 80% de sus edificios desaparecieron. Ahora, si paseas por sus calles, encontrarás un lugar que ha sabido renacer, un lugar pacífico, bello y en el que sus gentes han lamido sus heridas.
Nuremberg
Sorprende saber que una de las ciudades más bellas de Alemania era cenizas prácticamente en su totalidad hace menos de 80 años. Nuremberg fue destruida en la Segunda Guerra Mundial, pero sus habitantes no tardaron en ponerse en marcha y la reconstruyeron con enorme gusto, llegando a recuperar su esencia y su magia. Merece mucho la pena pasear por sus hermosas calles.