Isfahán es medio mundo
Mucho se ha escrito de Isfahán y aun así parece que uno se queda corto. La ciudad más cautivadora de Irán espera a turistas de todo el mundo con los brazos abiertos y con muchas cosas por ofrecer.
Con el paso de los años, Isfahán se ha convertido en la ciudad querida por todos en Irán. Tanto el turismo exterior como los propios iraníes han encontrado en la tercera ciudad más grande el país un lugar al que regresar siempre.
Isfahán fue dos veces capital del imperio persa y hoy en día cuenta con dos 'Patrimonio de la Humanidad' que son su principal carta de presentación al mundo: la plaza central, la Plaza del Imán, y la Mezquita del Imán, localizada en la propia plaza, donde parece concentrarse buena parte de la vida de la ciudad, incluso del país.
La Plaza del Imán es una joya arquitectónica de 510 metros de largo y 165 de ancho, un ejemplo de simetría, de orden y de armonía. Un ejemplo, al mismo tiempo, del caos que siempre existe en toda concentración de personas que no tienen demasiado en común salvo precisamente el lugar en el que se encuentran. Y es que la Plaza del Imán siempre está llena de personas, de alegría, de bullicio.
Sus jardines, sus fuentes, su inmensa puerta de entrada y la exquisita decoración que encontramos en cada rincón la convierten en una de las plazas más bellas del mundo. Los naturales de Isfahán presumen orgullosos de esta lugar que se hace con el caos ya mencionado y que, de alguna manera, también está llena de paz.
Isfahán no necesitaría más para atraer la atención de medio mundo pero hay más. Sus amplias avenidas, sus mezquitas, sus palacios, sus jardines, sus puentes... Todo la convierte en una ciudad con identidad propia. La ciudad más cautivadora de Irán.
Como dicen los propios iraníes, “Isfahán es medio mundo”.