PORTUGAL
Madeira se ha convertido en uno de los grandes destinos de Navidad, te contamos por qué.
Madeira ha convertido el mes de diciembre en una fiesta con la que celebran, como decía la canción de Nacho Cano, un año más; lo hacen desde el momento en el que encienden las luces de Navidad y abren los mercadillos hasta el día, el último del año, en el que organizan un espectáculo de fuegos artificiales tan espectacular que es, según reza el Libro Guinness de los récords, el mayor del mundo. Y no queda ahí la cosa porque la Navidad en Madeira, como en España, no termina hasta el 8 de enero.
Funchal, la capital de Madeira, viste en diciembre sus mejores galas y celebra cada tarde - noche un espectáculo: todos los días a partir de las 6 comienzan los espectáculos de luz, color y sonido en lugares como la Rua Câmara Pestana, la Rua Fernao de Ornelas y la Avenida Sá Carneiro, también en el muelle; además de los juegos de luces se celebran conciertos en las calles, desde bandas filarmónicas a grupo folclóricos pasando por bandas de covers recrean un ambiente de fiesta y alegría incomparable.
El corazón del mes de diciembre en Madeira late, como no podía ser de otro modo, en su mercadillo de Navidad, un mercadillo que es toda una aldea y que se instala en la Plaza de la Restauración; allí podrás conocer mejor y de más cerca la cultura madeirense, lo harás a través de su folclore y sus tradiciones, a través de su gastronomía, de su artesanía y, por supuesto, a través de sus belenes que son de lo más llamativo: descubrirás el clásico pesebre madeirense con paisaje natural y el lapinha que es un belén en escalera.
En los belenes de Madeira mandan los colores blanco y dorado que protagonizan los elementos decorativos del belén, tanto las flores como las telas; el misterio se acompaña de todo un despliegue de flores y plantas autóctonas; el belén, para los católicos, la representación del nacimiento de Cristo pero el mundo no siempre fue global y los belenes de unos y otros países de tradición católica resultan ser muy diferentes, los de Madeira son muy propios de esta isla en gran medida por el protagonismo de las flores, flores que son también símbolo de todo el archipiélago.
En tu paseo por el mercadillo y los belenes no puedes saltarte el Pabellón del Bordado de Madiera y de la Artesanía Regional porque no sólo podrás maravillarte ante las obras artesanales de los madeirenses sino también comprarlas para poner la mesa en Navidad tan suntuosamente como se hace en Madeira.
¿Y en cuanto a las cosas de comer? Lo descubrirás en el mercadillo: vino de Madeira, miel de caña de azúcar, pan y pastel de miel, pocha (que es una bebida típica de Madeira que se prepara con caña de azúcar, mil y zumo de limón), sádwiches de carne macerada con vino y ajo, sopa de pollo o bolo de caco...
El día de fin de año llega el espectáculo pirotécnico más espectacular que se puede ver en el mundo, tiene lugar a partir de las 12 de la noche y es el mejor modo imaginable de empezar un año; se trata de un espectáculo que dura menos de 10 minutos pero que cuenta con 59 puntos repartidos entre el anfiteatro de Funchal, el Muelle 8 y la Playa Almirante Reis además del mar y de la isla de Porto Santo.
Ese espectáculo de fuegos artificiales sería un fin de fiesta perfecto pero es que en Madeira la Navidad no termina el 1 de enero sino cuando llegan los Reyes Magos: el día 5 de enero a las 9 de la noche y en el auditorio del Jardín Municipal de Madeira se celebra el Cantar de los Reyes, sus Majestades de Oriente son recibidas por las gentes de Madeira y se degusta el rico Roscón de Reyes.
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