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Palacio da Pena de Sintra: historia y todo lo que debes saber

El Palacio da Pena se ha convertido, sin lugar a dudas, en uno de los grandes símbolos de Portugal. Te contamos todo lo que debes saber para que tu visita sea aún más efectiva.

Palacio da Pena de Sintra: historia y todo lo que debes saberImagen de Singa Hitam en Wikipedia, licencia: CC BY 2.0

Es más que evidente que el Palacio da Pena es una de las edificaciones más sorprendentes que podemos encontrar en Portugal. Este castillo es de estilo románico y su construcción terminó en el año 1854. Es un hecho que está situado en un lugar verdaderamente privilegiado, ya que está en la cima de una colina desde la cual se puede divisar Sintra.

Es tan sumamente sorprendente que, en un día claro, incluso podrás divisar Lisboa a lo lejos. Lo cierto es que, que se haya convertido en todo un emblema nacional, no es producto de la casualidad. El Palacio da Pena cuenta con una fascinante historia detrás que no deja indiferente a nadie. ¡Y es el momento más que perfecto para que la descubras!

¿Cuál es la historia tras el Palacio da Pena de Sintra?

El motivo principal de esta construcción era una capilla medieval, íntegramente dedicada a Nuestra Señora de la Pena. Fue entonces cuando el rey Manuel I de Portugal ordenó esta construcción para, posteriormente, donarlo a la Orden de San Jerónimo. A pesar de todo, hubo momentos bastante sombríos en la historia de este Palacio.

Y es que en el siglo XVIII quedó profundamente dañado por el histórico terremoto que tuvo lugar en Lisboa en el año 1755. Por fortuna, esta capilla pudo salvarse en cierta manera. Hecho que sorprendió, profundamente, a Fernando II que por aquel entonces era el rey de Portugal.

Sintra | Imagen de Diego Delso en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Así pues, el monarca tomó una de las decisiones más contundentes que se recuerdan: adquirió tanto el monasterio como sus alrededores. ¿Cuál era el fin? Construir lo que hoy en día conocemos como el Palacio da Pena. Bien es cierto que el castillo se erigió para que fuera la residencia de verano del monarca.

A pesar de todo, cuando éste murió, el palacio pasó a manos de Elisa Hensler, su segunda mujer y condesa d’Edla. Ella fue la que decidió vender este excepcional palacio al rey Luis. Tiempo más tarde, concretamente en el año 1889, este Palacio da Pena fue adquirido por el Estado de Portugal. Hecho que produjo que fuera transformado en museo y, además, fuese declarado como Monumento Nacional. ¡Y muy merecido!

Palacio da Pena, a través de su arquitectura

Estamos ante uno de los puntos fuertes de esta construcción y, siendo honestos, no es para menos. Si hay algo que llama la atención del Palacio da Pena es que cuenta con una gran fusión de diversos estilos arquitectónicos como son el neogótico, neomanuelino o, incluso, el neorrománico. Todo ello sin olvidarnos de otros tantos como el neomorisco y el indogótico, que adquirieron mucho más protagonismo desde la década de 1840.

Muchos de los elementos que tenía el convento original fueron conservándose con el paso del tiempo. Entre ellos está el claustro, la sacristía o esa capilla que destaca por su estilo manuelino-renacentista. Todo ello se decidió trasladar a una nueva sección de este Palacio da Pena que cuenta, a su vez, con una espectacular torre del reloj.

Aunque hay muchas cuestiones que serían importantes a la hora de destacar, hay una que no podemos pasar por alto. Estamos hablando, cómo no, de la llamada Terraza de la Reina. En este punto había un cañón con un reloj de sol, que se disparaba diariamente al mediodía. Con posterioridad se completó la torre del reloj pero, para ello, tendríamos que remontarnos a 1843.

Sintra | Imagen de Diego Delso en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

El Palacio da Pena, a través de datos

En el año 1995, se decidió que este Palacio comenzara a denominarse como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por si fuera poco, cabe destacar que es considerada como una de las Siete Maravillas de Portugal. Si hay algo que destaca en el Palacio da Pena son sus decorativas almenas, pero también sus terrazas de lo más coloridas.

Eso sí, no podemos olvidarnos del interior de esta construcción. Y es que está decorado con unos azulejos de ensueño que, desde luego, supone un vivo ejemplo de la historia de Portugal en los últimos siglos. Por algo se ha convertido en un emblema de la ciudad, pero también de todo un país.

No dejes de visitar el Parque da Pena

Es uno de los elementos que, a priori, suele pasar desapercibido entre muchos visitantes pero, poco a poco, está consiguiendo la relevancia que tantísimo merece. Este Parque cuenta con unas 200 hectáreas y rodea por completo el Palacio da Pena. En él encontraremos senderos, lagos, estanques, pabellones, caminos secretos y hasta árboles exóticos. Todo ello diseñado y pensado por el rey Fernando. Hecho que le hace aún más especial.

En cuanto a exóticos árboles podremos descubrir desde Secuoyas (América) hasta Suculentas (África), pasando por Cryptomerias (Japón), Gingkos (China) o, incluso, Helechos (Australia). Es una manera más que perfecta por hacer un recorrido por todo el mundo sin tan siquiera salir de Sintra.