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¡En sus zapatos! Vamos a patearnos el mundo con 7 calzados tradicionales

7 calzados tradicionales y dónde encontrarlos...

¡En sus zapatos! Vamos a patearnos el mundo con 7 calzados tradicionalesPixabay

Andar, caminar, pisar fuerte, trabajar… Para cada actividad se necesita un buen calzado adaptado a las condiciones climatológicas, al tipo de suelo, al trabajo y a las condiciones de vida. El calzado es una prenda necesaria para proteger el píe de los peligros que se pueden encontrar en el suelo, o del frío, o del calor o de la humedad. Cada zona geográfica es distinta y por ello a lo largo del mundo nos encontraremos distintos tipos de calzado y todos ellos nos sorprenderán.

Algunos son muy sencillos, otros muy elaborados; unos son para proteger de los rigores climatológicos y otros para hacer el camino más cómodo e incluso otros parecen ser hechos para arriesgar la integridad física de sus usuarios. Vamos a conocer siete calzados típicos a la vez que peculiares.

Paduka

Es un calzado típico de la India que consiste únicamente en una suela rígida con una perilla que se acopla entre el pulgar y el índice. Estaba pensada para proteger la planta del pie al evitar el contacto directo con el suelo caliente o los materiales punzantes. Las más comunes estaban hechas de maderas simples pero según el estatus de su propietario también podían ser de maderas nobles, como ébano o sándalo, y con incrustaciones de marfil o plata. Si formaban parte del ajuar de una novia estaban profusamente decoradas, y lo mismo sucedía cuando se utilizaban como ofrenda a los dioses.

Padukas | Imagen de CP Hoffman en Wikipedia, licencia- CC BY-SA 2.0

Valenki

Es un calzado tradicional de invierno en Rusia. Suele estar hecho de fieltro o lana y como no son resistentes al agua se suelen llevar con zuecos. Su misión fundamental es calentar y proteger los pies y las pantorrillas de los rigores del frío invernal. Fue muy utilizado hasta la segunda mitad del siglo XX pero luego perdió su atractivo porque se asociaba con el medio rural.

Valenki | Imagen de Andshel en Wikipedia, licencia- CC BY-SA 4.0

Okobo

Es una sandalia tradicional de madera japonesa, su nombre es un término onomatopéyico por el sonido que se hace con ellos al caminar. Lo utilizan las niñas y las mujeres jóvenes durante el Día de la mayoría de edad y son usadas por las aprendices de geishas. Las más típicas están formadas por un bloque de madera, más ancho arriba que abajo, y tienen entre 10 y 15 centímetros de altura. Tienen como como sujeción unas tiras de tela brocada, terciopelo o seda, entre las que se mete el pulgar y el índice a modo de chancla. Es un calzado en el que hay que mantener el equilibrio para no sufrir un esguince y que hace que las geishas tengan esa peculiar forma de andar a pasitos pequeños. En la época de entrenamiento las aprendices usan correas rojas y al final de su aprendizaje amarillas.

Okobo | Imagen de Japanexperterna en Wikipedia, licencia- CC BY-SA 3.0

Natukas

Es un calzado tradicional típico de la población Sami de Laponia. Está elaborada a partir de piel de reno -el animal más abundante de esta zona-, fundamentalmente con la piel de la pata del animal, que se cose en los bordes como una bota floja para meter el pie. Tienen la punta elevada de manera que recuerdan a los zapatos de los elfos, esta punta torcida se utilizaba para engancharse a los trineos. Al estar hechas de piel resultan muy calientes para caminar por la nieve, y para que el agua no entre dentro se atan con unas cintas que también cumplen una función decorativa.

Babuchas | Pixabay

Babuchas

Es el calzado más utilizado en el mundo árabe; seguro que las has visto en infinidad de puestos en mercados. Son una especie de zapatilla de piel con el talón abierto y terminados en punta. Se utilizan tanto por hombres como por mujeres y las podemos encontrar con los diseños más sencillos o profusamente elaborados. También se confeccionan en telas de colores intensos y algunas pueden estar adornadas con abalorios y lentejuelas.

Mukluk | Imagen de Ansgar Walk (Rachel Uyarasuk) en Wikipedia, licencia- CC BY-SA 2.5

Mukluks. (También se conocen como kamik)

Son unas botas de tacto muy suave elaboradas tradicionalmente con piel de reno o de foca, y que originariamente se cosían con los tendones de animales hasta la suela. Se adornan con pompones de piel de pelo de conejo, zorro o mapache. Son tradicionales de los pueblos Inuit (también conocidos como esquimales), los pueblos indígenas de las regiones del ártico de Groenlandia, Quebec y Alaska. Son un calzado muy ligero, lo que les permitía caminar muy silenciosamente, y además son impermeables y transpirables, evitando así los problemas de congelación que se pueden producir con temperaturas tan bajas.

Zuecos o madreñas | Pixabay

Zueco o madreñas

Son muy utilizados en el norte de España, sobre todo en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y en zonas de montaña de León, Aragón o Cataluña. En cada zona reciben distintos nombres: zueco, madreña, albarca, galocha y zoca. Se confeccionan de una sola pieza, vaciando y limando un taco grande de madera. Muchas de ellas tienen dos tacones delanteros y uno trasero que aíslan y levantan el pie del suelo; dentro de la madreña se calzan zapatillas. Hay que tener equilibrio para andar con ellas, aunque quienes las usan dicen que son muy cómodas.

¡En algunas localidades existen incluso tradicionales concursos de carreras en madreñas!

Solo con mirar los zapatos tradicionales podemos saber a qué condiciones climatológicas se enfrentaban los habitantes de un lugar: si era frío, si había humedad o si era del calor de lo que tenían que defenderse. Los zapatos también indicaban el tipo de labores que tenían que realizar e incluso la fauna autóctona de la que se proveían. Dime lo que calzabas y te diré cómo vivías.

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