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FORMA SINGULAR

Tres rocas con forma de elefante que no creerás que existen

La naturaleza es bastante caprichosa con las formas. Para muestra, estas tres formaciones rocosas que, a simple vista, parecen elefantes petrificados. Lo más curioso es que cada una se encuentra en un lugar diferente del planeta.

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Uno de los juegos clásicos al que todos hemos jugado alguna vez es el de tratar de dar forma a las nubes, bien de objetos, de animales, de personas... Una diversión que también se puede trasladar a otras formaciones de la naturaleza. De hecho, son muchas las montañas, por ejemplo, que han sido bautizadas por su particular forma; o las islas que tienen forma de corazón; o los lagos de siluetas singulares...

Hoy vamos a visitar tres rincones del planeta con una curiosidad compartida que seguramente pocos esperan que exista: rocas con forma de elefante. Sí, como lo lees, la naturaleza se pone más caprichosa y artística que nunca y ha sido capaz de ‘aliarse’ con la erosión para que haya hasta tres rocas diferentes por el planeta con orejones, trompa, cabeza... y todo de paquidermo.

La primera la encontramos a no demasiada distancia de nuestro país, ya que basta con recorrer parte del Mediterráneo y marcharse a Cerdeña. A las afueras del pequeño pueblo de Castelsardo se encuentra la conocida como roccia dell’Elefante o Roca del Elefante. Llama la atención que no haya una leyenda alrededor de esta enorme piedra, sque se encuentra entre los atractivos que más llaman la atención en la isla italiana por los amantes de las curiosidades.

Además, como se encuentra cerca de la carretera, es muy fácil llegar a ella y descubrir por uno mismo su curiosa forma. Esta gran piedra, en la que resulta sencillo ver la trompa y el cuerpo y cabeza del paquidermo, en una acción de movimiento incluso, como levantando la trompa, forma parte del entorno de rocas del monte Casteddazzu y los expertos en geología creen que rodó hasta llegar al lugar que ocupa ahora.

Eso sí, hay una curiosidad, y es que en la base de la roca encontraron dos cámaras que pudieron servir en su momento como tumba, conocidas como los Domus de Janas. Claro que no hay constancia real de que terminaran albergando cuerpos.

El segundo destino nos lleva al valle de Fuego de Nevada. Se trata de un Parque Estatal a apenas 35 millas al noreste de Las Vegas y cerca de la población de Overton. Es un lugar famoso porque allí se han filmado muchas películas de Hollywood incluso la serie televisiva Star Trek, y no faltan petroglifos indígenas. Claro que también por una roca muy curiosa.

Al igual que en Italia, aquí también se llama Roca del Elefante, en este caso Elephant Rock, y la forma es algo más tenebrosa, pero no por ello hay que hacer grandes esfuerzos para lograr ver al paquidermo en la caliza roja, sobre todo la larga trompa hasta el suelo.

Y, por último, nos vamos hasta Nueva Zelanda, en el otro extremo del planeta. En la costa occidental de la isla Norte del país encontramos una localidad llamada Tongaporutu, famosa por la presencia de petroglifos maoríes así como por las diferentes rocas que hay en la costa, que la erosión va transformando y, poco a poco, haciéndolas desaparecer.

Este empuje del mar ha querido que una de ellas sea precisamente la de un elefante gigantesco, donde no hay solo una gran trompa hasta el suelo, sino también las cuatro patas y con un lomo lleno de vegetación. Es, de las tres, la más abstracta en cuanto a forma, pero sigue siendo igual de inquietante ver que, realmente, hay un elefante de piedra ante nosotros.