JAÉN

Castillo de Burgalimar: ¿sabías que llegó a ser utilizado como cementerio?

Viajamos hasta Baños de la Encina, en Jaén, para conocer todos los detalles sobre la imponente fortaleza que podemos encontrar en este municipio.

Castillo de BurgalimarImagen de Kordas, licencia: CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia andaluza de Jaén, donde nos encontramos con un gran número de edificaciones y monumentos verdaderamente sorprendentes. Un claro ejemplo es el espectacular Castillo de Burgalimar.

También conocido como Castillo de Baños de la Encina, está situado en lo alto de un cerro que domina la entrada al valle del Guadalquivir. Cabe destacar que estamos ante uno de los recintos defensivos más impactantes y enigmáticos de los que podemos encontrar en Andalucía. No podemos dejar de mencionar que su posición estratégica, convirtió esta fortaleza en un lugar codiciado durante años, tanto por musulmanes como por cristianos.

Castillo de Burgalimar, a través de su historia

Para comenzar, debemos saber que la historiografía atribuyó su construcción al califa omeya Al-Hakam II. Según una lápida fundacional que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional, fue él quien habría ordenado su construcción aproximadamente en el año 968.

La teoría tradicional aseguraba que este Castillo formaba parte de una serie de recintos militares que se erigieron con el fin de alojar a aquellas tropas que ponían rumbo al norte para las diversas campañas de hostigamiento contra los reinos cristianos. A pesar de que era un periodo relativamente pacífico, lo cierto es que se trata de una lectura que encaja a la perfección con la política militar que definía al Califato de Córdoba.

En las distintas investigaciones arqueológicas que se llevaron a cabo a principios del siglo XXI, ha hecho que muchos se replanteasen esa cronología. Varios especialistas, como es el caso de I. Rodríguez Casanova y A. Canto, consideran que la datación omeya no se sostiene. De hecho, aseguran que la estructura que conocemos en la actualidad pertenece, en realidad, a la etapa comprendida entre finales del siglo XI y principios del siglo XII (época almohade).

Diversos sistemas constructivos, como es el caso de las torres macizas, el tipo de tapial que se utilizó o el diseño de los adarves, coinciden más con la arquitectura militar que con la tradición del Califato. Por lo tanto, con esta nueva interpretación, Baños de la Encina queda situada en la órbita de un imponente sistema defensivo almohade que se extendió por gran parte de Al-Ándalus.

Castillo de Burgalimar | Imagen de Jose Luis Filpo Cabana, licencia: CC BY 3.0, via Wikimedia Commons

Más allá de su origen, lo cierto es que el Castillo de Burgalimar ha sido testigo de numerosos momentos de tensiones políticas, especialmente tras la disolución del Califato de Córdoba. El Rey Alfonso VII lo conquistó en 1147, pero esta fortaleza cambió de manos en varias ocasiones durante el siglo XII.

A pesar de lo decisiva que fue la histórica Batalla de las Navas de Tolosa de 1212, el Castillo volvió a ser controlado por los musulmanes. No fue hasta 1225, como consecuencia de la ofensiva del Rey Fernando III hacia el sur de la península, cuando la imponente construcción pasó a pertenecer a la Corona de Castilla. Desde entonces, fue utilizado para desempeñar funciones tanto militares como administrativas.

Con posterioridad, el Rey Fernando III entregó esta fortaleza al arzobispo de Toledo, pero también confió en la Orden de Santiago para su custodia. En los siglos posteriores, se llevaron a cabo diversas reformas como es el caso de la reorganización del recinto interior o, incluso, la construcción de la Torre del Homenaje. Todo ello mientras llegó a ser ocupado por las tropas napoleónicas e, incluso, hasta 1828 fue utilizado como cementerio. En la actualidad, este Castillo de Burgalimar es de propiedad municipal, siendo uno de los grandes atractivos de Baños de la Encina.

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