Almendros en flor
Ver los almendros en flor de la Quinta de los Molinos es uno de los eventos más esperadas del año en la capital.
Aunque hasta finales de marzo no entramos oficialmente en la primavera, los almendros marcan su propio ritmo. Tanto es así, que ya han comenzado a florecer. Este fenómeno está estrechamente ligado al clima que haga durante los meses de enero y febrero. Si el clima es suave, como está pasando, la floración se adelanta, mientras que si es más frío la fecha se retrasa.
Este año se estima que estarán en todo su esplendor a finales del mes de febrero, pero no podemos pensárnoslo demasiado, pues es algo muy breve y en seguida cambian su apariencia.
La Quinta de los Molinos es un parque histórico localizado en la ciudad de Madrid, al final de la calle Alcalá. Su origen se remonta un siglo atrás, cuando la quinta fue concebida como una finca de recreo creada en entorno al palacete. Hasta el año 1920 fue propiedad del conde de Torre Arias, fecha en la pasa a ser del arquitecto alicantino, César Cort Botí.
Fue concejal del ayuntamiento y daba clases de urbanismo en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. De hecho, en la quinta puso en práctica muchas de sus ideas y concepciones urbanísticas.
En 1978 fallece César Cort, en la siguiente década el Ayuntamiento de Madrid pasa a ser el propietario de 25 hectáreas de este precioso parque. Debido a su relevancia a nivel urbanístico, se pone en marcha un proceso de restauración, y pasa a ser especial uno de los parques históricos de especial protección del Ayuntamiento.
Las edificaciones que en encontramos en el jardín, son un ejemplo de arquitectura prerracionalista madrileña de principios del siglo XX. La quinta de los Molinos es tan especial para la ciudad, porque no existe en la capital un jardín tan extenso y tan bien conservado que date de principios del siglo XX.
Los almendros es uno de sus mayores atractivos, no sin razón pues ocupan buena parte de la extensión de los jardines. Verlos en flor es una de las experiencias más hermosas de la primavera, en ocasiones temprana. Podemos pasear entre ellos, si el tiempo lo permite sentarnos a sus pies y observar desde abajo el cielo con las ramas y las flores.
Contemplar las flores es una tradición muy arraigada en el país nipón, que recibe el nombre de hanami. En Japón es muy popular celebrar la floración de los cerezos, sakura.
El calor va volviendo tímidamente, y los primeros en notarlo son estos árboles tan intuitivos y bellos. ¿Te lo vas a perder?