MADRID
Viajamos hasta Madrid para conocer la sorprendente historia que esconde la conocida como Puerta de Hierro.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad de Madrid. Allí encontramos un gran número de rincones, construcciones y monumentos que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en la conocida como Puerta de Hierro.
Su nombre se debe a la verja de hierro forjado que fue instalada, precisamente, en sus vanos. Además, con ese topónimo, se conoce precisamente a la confluencia entre la M-30 y la A-6 en la que se encuentra, y también da nombre a un Hospital, a una Ciudad Residencial y hasta a un complejo deportivo.
Esta preciosa Puerta de Hierro se construyó entre los años 1751 y 1753, durante el reinado de Fernando VI. Esto fue posible tras la iniciativa de construir una valla que rodease el perímetro del Monte de El Pardo. No solamente se quería evitar el furtivismo, sino también que animales salvajes escapasen de ese coto.
Entre las numerosas curiosidades sobre esta Puerta, cabe destacar que a principios del S.XX circulaba por ella el tranvía que comunicaba La Florida con el pueblo de El Pardo. Un proyecto llevado a cabo por la conocida como Sociedad del Tranvía de vapor de Madrid a El Pardo que se fundó en 1903 y que, por falta de fondos económicos, fue clausurado en 1917.
No podemos dejar de mencionar que la Puerta de Hierro no está, actualmente, en su emplazamiento original. Esto se debe a que, en 1991, se desmontó piedra a piedra para trasladarla a una isleta cerca de su lugar de origen. Y todo con el objetivo de hacer mucho más sencilla la ampliación de la A-6.
A pesar de todo, en el año 1752, Olivieri tomó la firme decisión de dimitir tras varias diferencias con Juan González, a quien se había subcontratado la cantería. Fue entonces cuando el propio Francisco Moradillo cogió las riendas de la situación. No se sabe si el diseño de la puerta fue por Nangle mientras que Morillo solo ejecutó esa idea, o es de este último. Esta Puerta fue construida en piedra blanca de Colmenar de Oreja y granito.
Además, consta de un arco de medio punto rematado por un frontón y perfectamente sujetado por dos contrafuertes, así como por un par de pilastras dóricas toscanas. No podemos dejar de mencionar la verja de hierro forjado que une, a la perfección, los distintos elementos arquitectónicos que componen esta Puerta.
Es importante destacar los detalles tanto militares como de caza que podemos encontrar en sus contrafuertes. En cuanto al frontón, sobre él, está situado el escudo real flanqueado por dos esfinges, obra de Juan Domingo Olivieri. Sin duda, una Puerta verdaderamente espectacular. ¡No le falta detalle!