GALICIA MÁGICA
La espectacular playa de Carnota está a los pies del Monte Pindo, un monte que se cree era sagrado para los celtas gallegos.
Cuando llega el verano y hablamos de las mejores playas de España solemos dejarnos caer por Carnota porque su playa es realmente espectacular: se trata de un arenal de unos 7 metros de largo que, cuando la marea está baja, llega a tener un kilómetro de ancho; lo que no es tan habitual es que prestemos atención al entorno de esta playa y eso es precisamente lo que vamos a hacer hoy porque si la playa de Carnota es un destino de verano al que tienes que ir al menos una vez en la vida, el monte Pindo es un destino de otoño que no querrás perderte porque es el Olimpo de los celtas gallegos, su lugar sagrado en el mundo...
El monte Pindo se eleva algo más de 600 metros sobre el nivel del mar y está a menos de 2 kilómetros del mar; no hay un único sendero para subir este monte pero a nosotros nos gusta especialmente el camino que lleva a la cumbre de A Moa porque se trata de un sendero guardado por figuras pétreas que te sorprenderán, algunas son formas humanas como el guerrero y otras castillos de granito que parecen estar a punto de derrumbarse; eso sí, ten en cuenta que este camino exige cierta forma física (el ascenso no te llevará menos de 2 horas) y también cierta habilidad (precaución en su defecto) especialmente en la bajada para evitar sustos. Si prefieres recorrer un camino más sencillo puedes aceder al monte Pindo en la desembocadura del río Xallas, una desembocadura bastante llamativa porque se produce en un acantilado y en forma de cascada.
Pero, más allá de su naturaleza, ¿por qué es tan interesante visitar el monte Pindo? Porque se trata de un lugar lleno de leyendas acerca de tesoros, reinas, búhos y brujas, todo ello después de que los celtas rindieran culto al sol desde este promontorio haciendo de este monte su particular Olimpo: dice la tradición popular que en este monte descanda los restos d ela Reina Lupa junto a un tesoro de valor incalculable, hay quien incluso se ha animado a buscarlo pero, hasta la fecha, la leyenda es solo eso, una leyenda...
Sin ahondar tanto en las leyendas y quedándonos más en la orografía del terreno, otra de las cosas que sorprende de este monte son las figuras pétreas a las que hacíamos antes referencia y que nos recuerdan a lugares como la Ciudad Encantada de Cuenca o la de Murcia; en monte Pindo las rocas toman formas que nos recuerdan a gigantes, guerreros, tortugas, águilas... y de lo que tu imaginación dé de sí. La vegetación también es de notable importancia en esta zona: descubrirás robles enanos (una especie muy rara), pinos y laureles.
Y por todas esas razones perderse en el monte Pindo es una gran idea, eso sí, piérdete por las rutas perfectamente señalizadas para ser recorridas por los turistas.