ANDALUCÍA

Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta de Córdoba: ¿por qué recibe ese nombre y por qué se erigió en ese lugar?

Ponemos rumbo a Córdoba para conocer la historia que esconde el espectacular Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta.

Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta de CórdobaImagen de Platonides en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

Es el momento más que perfecto para viajar hasta Córdoba, una de las ciudades más espectaculares y con más encanto de Andalucía. En ese mismo lugar encontramos una construcción que no deja absolutamente indiferente a nadie: el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta.

Para conocer sus orígenes, debemos viajar al año 1442. Según la tradición, justo en el atardecer del 8 de septiembre, un cardador llamado Gonzalo García, muy devoto de la Virgen y del barrio de San Lorenzo, se encargaba de cuidar tanto de su esposa paralítica como de su hija demente. Completamente desesperado por la situación y por su complicada condición económica, empezó a caminar fuera de las murallas de la ciudad.

Sin tener rumbo fijo, acabó en el Arroyo de las Piedras donde aparecieron dos bellas jóvenes y un mozo. La más hermosa se acercó y le dijo lo siguiente: “Gonzalo, toma agua de aquella fuente que está bajo los árboles y dásela a tu mujer y a tu hija para que la beban, y sanarán de sus enfermedades”. El joven añadió: “Haz lo que te dice la Madre de Jesús, que mi hermana Victoria y yo, que somos los patronos de esta ciudad, lo hemos alcanzado de la Virgen Santísima”.

Años después, de nuevo un 8 de septiembre, un lugareño de la Albaida se curó de una grave hidropesía tras beber de esa agua. Mientras estaba rezando, le fue revelado que en el tronco del cabrahígo estaba oculta la imagen de la Virgen que, tras la invasión musulmana, un devoto decidió guardar en ese lugar. Al contar lo sucedido al obispo de Córdoba, éste dio la orden de abrir el tronco del árbol, en el que apareció la imagen de la Virgen. Ésta fue entregada a Gonzalo García, quien la depositó en un beaterio de la Magdalena.

Detalle del santuario Nuestra Señora de la Fuensanta de Córdoba | Imagen de José Luis Filpo Cabana en Wikipedia, licencia: CC BY 4.0

Este es el motivo por el que el Cabildo-Catedral dio orden de tener dos imágenes de la Virgen: una para el templo y otra para el humilladero que cobijaba la conocida como Fuente Santa. Un lugar que no tardaron en edificar para dar cabida a las decenas de personas que se acercaban a ese sitio en busca de un milagro.

Una de las más conocidas fue, precisamente, la Reina Doña María, mujer de Alfonso V de Aragón. Tras conseguir curar su hidropesía, dio el paso de donar valiosas joyas y una gran cantidad de dinero para la edificación de una hospedería, así como una capellanía. Fue, aproximadamente, en 1450 cuando se construyó la primitiva ermita de la que se conserva tan solo el arco ojival de una puerta.

Con el paso del tiempo comenzó a quedarse pequeña por lo que, entre los años 1473 y 1476 se construyó el Santuario que conocemos en la actualidad. Eso sí, cuenta con diferentes estilos porque, a lo largo de los siglos, ha sido objetivo de numerosas restauraciones como consecuencia de inundaciones provocadas por el río.

A la par que se construyó el primer templo, se erigió el Humilladero en el mismo sitio donde fue encontrada la Virgen y donde estaba la Fuente Santa. La Imagen comenzó a ser llamada de “Fuensanta” y el pozo, en cambio, comenzó a ser conocido como “Pocito milagroso”. El estado de conservación provocó que en 1493 se construyera, sobre el anterior, el Humilladero que conocemos en la actualidad.

No es ningún secreto que la historia de Córdoba tiene una estrecha vinculación con esta Virgen que, hasta 1994, era copatrona de la ciudad. Fue el Papa Juan Pablo II el que, por Decreto de su Coronación Canónica, le otorgó el título de Patrona de Córdoba junto a Santa Victoria y San Acisclo. En 2007, la Junta de Andalucía declaró el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta como Bien de Interés Cultural.