CÓMO ACTUAR EN LAS ITV
Las inspecciones técnicas de ITV son fundamentales a la hora de garantizar el cumplimiento de unos mínimos en cuanto a seguridad y respeto por el medio ambiente por parte de los usuarios. Sin embargo, en ocasiones pueden surgir problemas...
Las inspecciones técnicas de vehículos (las conocidas como ITV) juegan un papel fundamental en la seguridad vial y en el correcto funcionamiento de los vehículos en nuestras carreteras. Estas revisiones periódicas son un componente crucial para garantizar que los vehículos cumplen con los estándares mínimos de seguridad y de respeto al medio ambiente, requisitos que van cambiando con el paso del tiempo. Además, al a sus vehículos a las pruebas de las ITV, los conductores contribuyen activamente a la prevención de accidentes y al mantenimiento de un parque automotor seguro y eficiente.
Cumplir con la obligación de acudir a la ITV de forma regular y dentro de los plazos establecidos no sólo es una exigencia legal, sino también una responsabilidad social que impulsa la protección de todos los usuarios de la vía. Los conductores, al asegurarse de que sus vehículos superen las inspecciones técnicas están cumpliendo con la normativa y además colaboran activamente en la construcción de un entorno vial más seguro y tranquilo para todos.
Durante el transcurso de las inspecciones los vehículos son sometidos a diversas pruebas técnicas con las que se comprueba el buen funcionamiento de los elementos básicos de seguridad y conducción, tales como el sistema de dirección, el sistema de frenado o el sistema de iluminación y alumbrado. Éstas pruebas están diseñadas para adaptarse a cada vehículo, comprobando su funcionamiento sin causar ningún daño aunque, en ocasiones, la visita a la ITV puede terminar con un disgusto para el usuario.
Es posible que conozcas a alguien (o incluso tú mismo lo hayas vivido) que ha acudido a la ITV a pasar la inspección periódica de su vehículo y ha vuelto a casa con un disgusto tras comprobar que su vehículo se ha averiado. En ese caso, es conveniente distinguir en qué condiciones se ha producido la avería, en qué momento y en qué causa.
Si tu vehículo ha acudido a la ITV por sus propios medios y durante las pruebas el vehículo sufre algún daño (por ejemplo, al comprobar los frenos el frenómetro se bloquea y el vehículo choca contra algún elemento), será el seguro de la estación el que cubrirá los desperfectos y se encargará de todo. Puede ocurrir también se se provoque una avería mecánica durante las pruebas, y ahí habrá que dilucidar si el vehículo se ha roto porque no estaba en condiciones o porque la inspección no se ha llevado a cabo de manera correcta.
El último caso es el de un vehículo que, tras acudir a la ITV, superar la inspección y volver a circular, se avería inmediatamente después. En este caso el usuario tiene trabajo extra, ya que tendrá que demostrar que la avería se ha producido a consecuencia de los daños producidos durante la inspección, y no por culpa de un mal uso o del mal estado mecánico del vehículo. Después, es habitual poner una hoja de reclamaciones con todos los detalles.
A partir de ese momento, serán las autoridades las que determinen sobre quién recae la responsabilidad de lo acontecido y quién deberá hacerse cargo de los costos de la reparación. En última instancia, si se concluye que la ITV no es responsable, el usuario tiene la opción de llevar el caso a los tribunales para que emitan un veredicto.