LOS CONDUCTORES, A PRUEBA
Estos días, la Dirección General de Tráfico ha preguntado a los usuarios cuál es el objetivo de las limitaciones de velocidad
Hace unos días, la Dirección General de Tráfico (DGT) lanzaba, a través de sus redes sociales, la siguiente pregunta: “¿Con qué objetivo se establecen límites de velocidad?”. Para resolverla daba tres posibilidades: para garantizar máxima seguridad y fluidez (la correcta), para garantizar máxima fluidez, aunque disminuya la seguridad o para garantizar máxima seguridad, aunque disminuya la fluidez. Ahora que sabemos el porqué, vamos a desvelar desde cuándo existen los límites de velocidad en España. VER VÍDEO.
Los primeros límites de velocidad se crearon en 1934 de la mano del primer Código de Circulación: era el Artículo 93 el encargado de establecer unos máximos que sólo afectaban a los vehículos de mercancías cuyo peso total en carga superaba los 3.500 kilos ya que en aquel momento eran muy pocos los vehículos particulares. Los que pesaban entre 3.501 y 4.500 kilos no podían superar los 80 km/h, los que estaban entre 4.501 y 8.000 kilos debían circular, como máximo a 60 km/h y por encima de 8.001 kilos tenían el límite en 40 km/h.
Cuatro décadas
Tuvieron que pasar cuarenta años hasta que los límites de velocidad se ampliaron. La nueva norma incluía a todos los vehículos y el máximo elegido para las autopistas fue de 130 km/h: una cifra que dos años después, en 1976, se reduciría a 100 km/h en las citadas vías. El vaivén de cifras terminaría en 1979 cuando se estableció la norma que todavía impera hoy en día: 120 km/h… aunque, eso sí, sufrió una modificación temporal. En 2011 y durante cuatro meses, las autopistas rebajaron el listón a 110 km/h y las autovías a 100 km/h.
Hoy en día ambas vías rápidas comparten límites de velocidad, pero no siempre ha sido así. Hasta 1992, el máximo de las autovías era de 100 km/h y en aquel momento decidieron equipararlas a las autopistas aumentando la cifra hasta 120 km/h. Ese mismo año también cambiaros las normas que regían la velocidad en las vías urbanas y travesías: se pasó de 60 km/h a 50 km/h. Una cifra que se mantendría hasta 2021.
Los cambios más crecientes
Eso sí, hubo cambios antes. La Ley de Tráfico fue reformada en 2014 fijando los límites que tenemos hoy en día y cuatro años después de aquello, en 2018, las vías convencionales se regularon con el máximo que conocemos actualmente: 90 km/h en lugar de los 100 km/h que regían hasta entonces.
La última revisión, hasta ahora, tuvo lugar en mayo de 2021 cuando las ciudades cambiaron su ritmo: desde el pasado mes de mayo, en las calles con un único carril por sentido se puede circular a 30 km/h como máximo y en las que tienen una única plataforma para la calzada y la acera el límite es de 20 km/h.
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