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El director de la DGT admite cambios en las etiquetas, pero no cómo pensábamos

Las etiquetas ambientales han sido uno de los grandes caballos de batalla ya no sólo de la DGT, también del conjunto de los conductores españoles. Su funcionamiento ha suscitado, desde el inicio, alguna que otra polémica, pero parece que con algunos cambios puede mejorar su efectividad

Las etiquetas medioambientales de la Dirección General de Tráfico son distintivos que clasifican los vehículos según su impacto ambiental, con el fin de promover el uso de vehículos más limpios y eficientes. Estas etiquetas son obligatorias en muchas ciudades y afectan el acceso a zonas de bajas emisiones (ZBE) y otras restricciones de tráfico. El sistema actual, vigente desde 2016, se divide en cuatro categorías principales: Cero Emisiones, ECO, C, y B.

Ya hace tiempo que se habla de una posible revisión de estos criterios por parte de la DGT, que podría estar evaluando diferentes tecnologías y normativas vigentes como la Euro 7 y la futura Directiva de Calidad del Aire de la UE. Pere Navarro, director general de Tráfico, ha explicado que no habrá una reclasificación que afecte a los vehículos existentes, sino que las nuevas regulaciones se aplicarán principalmente a los vehículos futuros, por lo que los propietarios actuales pueden respirar tranquilos.

Navarro, durante su intervención en la decimosexta edición del Arval Mobility Observatory, destacó la necesidad de mejorar la movilidad urbana y la seguridad en las carreteras. Ha subrayado también la importancia de la renovación del parque automovilístico, ya que la edad media de los vehículos en España es elevada. En términos de seguridad vial, resaltó que los avances en las ayudas a la conducción (ADAS) han mejorado de manera palpable la seguridad de los vehículos modernos, reduciendo el riesgo de accidentes graves y mortalidad en comparación con los coches más antiguos.

En cuanto a las emisiones, los vehículos que cumplen con la normativa Euro 6, emiten considerablemente menos contaminantes en comparación con modelos anteriores. Por ejemplo, un vehículo de gasolina Euro 6 emite 60 mg/km de NOx, mientras que uno anterior a 2001 emite 2,5 veces más. Esta reducción de emisiones es crucial para alcanzar los objetivos medioambientales y mejorar la calidad del aire en las ciudades.

Otro aspecto importante en el que está trabajando la DGT es el diseño de una clasificación de seguridad vial que permita a los vehículos con mejor puntuación disfrutar de ciertos beneficios, como el acceso a zonas de bajas emisiones (ZBE), tarifas reducidas de aparcamiento y tiempos extendidos para el uso de plazas de carga y descarga. Navarro mencionó que la antigüedad del parque móvil influye significativamente en la siniestralidad, ya que los accidentes con vehículos más antiguos tienden a tener consecuencias más graves.

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