Uno de los mayores temores de todo conductor es que su coche sufra algún percance. En estos otoñales meses, con la llegada del frío y la lluvia nuestro compañero de viajes y aventuras sufre más de lo normal. Por esta razón debemos poner especial atención a lo que este nos comunica a través de ruidos, sacudidas o movimientos extraños que nos hagan sospechar de que algo no está funcionando correctamente.
En este caso, una avería más común de lo normal ocurre en aquellas situaciones en las que nuestro coche, mientras permanece parado en un semáforo, por ejemplo, produce una serie de frustrantes vibraciones. Este problema puede estar causado por diversos motivos y en Centímetros Cúbicos te contamos cuáles son y cómo solucionarlos para evitar reparaciones costosas.
Los motivos y las soluciones a la vibración de tu coche
El motor de tu vehículo debe ser estable en el momento de hacer ralentí. En caso de que tiemble, como si fuese una hoja, seguramente exista un problema que debes atender de forma inmediata. Estas son las causas más comunes de este problema y su manera de solucionarlas:
- Sensor de oxígeno: El sensor de oxígeno de tu coche, también conocido como sonda lambda, es un componente clave en el sistema de emisiones de los vehículos. Este se encarga, entre otras cosas, de detectar la mezcla de aire y combustible. Con el paso del tiempo, esta pieza puede fallar debido al envejecimiento o a los depósitos de carbón, provocando un ralentí brusco. Para solucionarlo deberás sustituirlo cuanto antes en caso de que veas que no funciona correctamente. Esto aportará un ralentí más suave y una combustión óptima.
- Filtros del aire obstruidos: La principal misión de los filtros del aire es evitar un desgaste prematuro del motor, facilitando el acceso de aire limpio al proceso de combustión. Además, impide la mezcla de partículas de suciedad con el lubricante y reduce la generación de residuos dentro del bloque motor, por lo que una obstrucción podría resultar fatal. La mejor solución para este problema es sustituir periódicamente estos filtros para conseguir que el motor respire libremente.
- Soportes del motor: La función principal de los soportes del motor es absorber las vibraciones del motor para proteger la carrocería, como si de un cinturón de seguridad se tratase. Cuando estos soportes se debilitan o rompen, el motor puede sufrir temblores al ralentí. Para solventar este problema haz que los inspeccionen y reemplacen según sea necesario con el objetivo de mantener la estabilidad.
- Inyectores de combustible sucios: Estos inyectores son los encargados de suministrar, a cada cilindro, el combustible exacto en el momento preciso. Con el paso de los años, la acumulación de carbón procedente de la combustión puede obstruir estas boquillas, lo que alteraría el suministro preciso de combustible necesario para un correcto funcionamiento. Para que esto no ocurra debes considerar la utilización de un kit de limpieza específico o, en su defecto, reemplazarlo.
- Fuga de vacío: El motor de tu vehículo depende de este sistema de vacío para funcionar eficientemente. Un fallo o fuga en este sistema alteran el equilibrio y provocan fallos de encendido o un ralentí errático. Deberás reemplazar las mangueras y conexiones de vacío para solventar este problema. Además, es recomendable utilizar un vacuómetro para identificar las fugas y restaurar el flujo de aire adecuado.
- Bujías, cableado de bujías y bobina de encendido desgastados: La bujía es una pieza que produce la chispa que provoca la mezcla entre la gasolina y el aire en los cilindros del coche. Cuando estas envejecen, el efecto es similar al de una cerilla húmeda, por lo que se producen fallos de encendido en el motor y vibraciones. Las bujías deben ser cambiadas cada 50.000-80.000 kilómetros para que estos fallos no lleguen nunca a tu coche.