SÓLO TENEMOS QUE PRESTAR ATENCIÓN
Nuestros coches son mucho más listos de lo que podría parecer a prori. Tanto que incluso los más antiguos pueden "comunicarse" con nosotros si somos capaces de prestarles algo de atención.
Los intermitentes de nuestros coches son como pequeños mensajeros viajando en la carretera, comunicando nuestras intenciones a otros conductores. Esas luces intermitentes parpadean con un propósito: revelar nuestro deseo de cambiar de carril, girar en una intersección o, básicamente, modificar el sentido o dirección de nuestra circulación con la suficiente antelación como para que el resto de usuarios tenga margen para poder reaccionar con seguridad.
Son gestos luminosos de cortesía y colaboración en el complejo baile del tráfico, una forma de mantenernos conectados sin necesidad de palabras. Aunque a veces subestimados, los intermitentes son héroes modestos que desempeñan un papel vital en la seguridad vial y en la armonía del viaje compartido. Sin embargo, sus funciones van aún más lejos de todo eso y son también capaces de avisarnos cuando algo no va bien, incluso cuando nuestro coche es muy antiguo. Hablamos del truco de los intermitentes que te permitirá saber si alguna bombilla de tu coche no funciona como debería.
En muchos coches modernos y actuales es todo mucho más sencillo: cuando una bombilla del sistema de intermitencia de tu coche se ha fundido o ha dejado de funcionar tendremos un mensaje de alerta en el sistema de diagnosis e información del vehículo, representado generalmente por una pantalla en la instrumentación. Sin embargo, cuando nuestro coche es algo más antiguo o más sencillo esto siempre tiene porqué ser así.
El truco de los intermitentes te permite entonces detectar una posible bombilla fundida. Es tan simple como fijarse en el ritmo de parpadeo de los intermitentes cuando accionas la palanca, y si detectas un parpadeo más rápido de lo normal cuando accionas la palanca para un lado significa que existe un problema: una bombilla del sistema de intermitencia del lado que acabas de activar se ha fundido. Cuando esto ocurre, el sistema que activa los intermitentes (un relé, o lo que es lo mismo, una especie de mini-interruptor accionado por electricidad) comienza a parpadear más rápido al tener que activar menos luces con la misma cantidad de electricidad.
En estos casos, este parpadeo más intenso nos sirve también para detectar el lado "culpable". Cuando detectes la avería, tan sólo deberás accionar el intermitente del lado correspondiente y bajarte del coche en un lugar seguro: podrás comprobar en apenas unos segundos qué bombilla es la que está fallando y proceder a su sustitución de manera rápida.