EXTRA DE CONDUCCCIÓN PURA, RELAJADA Y A TECHO ABIERTO
Además de una bella silueta, el motor de inyección directa de dos litros (1.984 cc) con turbocompresor e intercooler encaja muy bien con el perfil del coche, pues tiene una entrega lineal de la potencia y permite también un punto de 'chispa' en conducción deportiva.
No es fácil pasar desapercibido con un coche como el Audi A5 Cabrio. Con la capota recogida, y la suave y limpia línea lateral se llevará todas las miradas. A capota puesta, la combinación Verde Distrito Metalizado de la carrocería y la capota de tela -o telas- en color burdeos da forma a un bonito coupé.
Las tendencias de mercado que vivimos en los últimos años han relegado a los cabrios a un nicho bastante reducido, un coche de capricho para quienes todavía aprecian la conducción pura, relajada y a techo abierto. Hay que reconocer que es menos práctico que una berlina, un familiar o un SUV, pero compensa cuando circulas sin techo por carreteras de curvas y el entorno natural ayuda.
Nuestro modelo deriva directamente del A5 Coupé, con una longitud de 4,70 metros, 1,38 de altura y una batalla de 2,76 metros que permite un habitáculo bastante amplio, aunque limitado a cuatro plazas, y las traseras con un espacio razonable para adultos. El maletero es uno de los inconvenientes, pues la capacidad de 370 litros se ve reducida si llevamos el techo recogido, tampoco ayuda la estrecha boca de carga a la hora de introducir objetos voluminosos, además del indispensable deflector si queremos disfrutar de una conducción sin demasiado ruido.
Las plazas delanteras son muy cómodas, en una posición más baja de lo habitual en las berlinas que favorece un centro de gravedad pegado al asfalto, y eso se nota en el comportamiento dinámico del coche, impecable en todos los sentidos, incluso en carreteras reviradas y a buen ritmo, sin que se aprecie la falta de los montantes del techo. Las traseras son algo más justas, con un acceso nada fácil y con el inconveniente de que el viento se vuelve molesto al salir del entorno urbano.
Ahora que frío ha pasado y la primavera recién estrenada asoma su rostro, es el mejor momento para pulsar el botón de la capota y ver como en unos segundos (menos de 20) ésta desaparece detrás de los reposacabezas traseros, en una armoniosa operación. Al arrancar, el motor de cuatro cilindros se escucha de fondo como un discreto rumor que se incrementará al seleccionar el modo ‘dynamic’, en un selector de modo que también cuenta con el 'efficiency' para reducir el consumo, el 'confort' -intermedio- y el modo individual personalizable.
La capota textil de varias capas ejerce un buen aislamiento cuando las condiciones meteorológicas o el estado de ánimo del conductor no invitan a circular descubierto. El aislamiento es bueno, y tenemos un coche con doble faceta –coupé y cabrio-, para elegir lo más conveniente en cada momento. El accionamiento es rápido, entre 15 y 20 segundos, y puede hacerse en marcha, hasta una velocidad de 20 km/h, si sorprende la lluvia.
La gama A5 Cabrio es amplia mecánicamente, pues consta de dos mecánicas gasolina -40 TFSI de 204 CV y 45 TFSI de 245 CV- y otras dos diésel para quienes hacen muchos kilómetros durante el año -35 TDI de 163 CV y 40 TDI de 190 CV-, con precios que parten desde los 60.120 euros. Hay dos acabados –Advanced y S line-, y el cambio es un S tronic automático en todos los casos, y en las versiones más potentes con sistema de tracción quattro, un plus de seguridad con el firme deslizante.
Nuestra unidad de prueba es la más completa y potente de la gama, equipada con el motor 45 TFSI de 245 CV, que está disponible tanto en acabado Advanced (67.250 euros) como en S line (69.650 euros). Lleva un motor de gasolina de cuatro cilindros en línea de dos litros que entrega una potencia de 245 CV y un par máximo de 370 Nm, asociado a un cambio automático de doble embrague S tronic de siete velocidades y sistema de tracción total quattro para optimizar el agarre en cualquier circunstancia.
Es un motor de inyección directa de dos litros (1.984 cc) con turbocompresor e intercooler que encaja muy bien con el perfil del coche, pues tiene una entrega lineal de la potencia y permite algo de diversión en conducción deportiva. Además, el gasto de combustible es un aspecto destacable, de 7,9 litros cada 100 kilómetros homologados por el fabricante, una cifra que incluso se puede rebajar al realizar una conducción eficiente.
La clave para alcanzar un consumo tan bajo está en el sistema de microhibridación, añadiendo a la mecánica de gasolina un motor eléctrico de 2 CV. Esta ayuda se nota en ciudad y al circular a punta de gas, situación en la que desconecta el motor térmico y navegamos ‘a vela’ o por inercia. Gracias a lo cual porta luce la etiqueta ECO, con los privilegios que esta otorga, especialmente en entornos urbanos.
Las prestaciones son más que suficientes para cumplir a diario y desfogarse alguna vez, pues alcanza los 250 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 6 segundos. El precio de este capricho es algo elevado, pero se trata de un coche con muy buenos acabados –comparte interior y equipamiento con sus hermanos de gama alta- y una gran calidad de conducción.