BAJO TIERRA
A lo largo de la historia se han creado ciudades y comunidades bajo la superficie terrestre por razones muy variadas: la defensa, la religión, la economía o la supervivencia.
Hoy, muchos de estos lugares son un atractivo turístico innegable y constituyen una experiencia única y sorprendente. Vamos a conocer algunas de las más impresionantes. Comenzamos el viaje al “centro de la tierra”.
Kaymakli, Turquía
Se encuentra en la región de la Capadocia en Anatolia Central, en Turquía. Forma con Derinkuyu y Özkonak el conjunto más conocido de ciudades subterráneas. Se cree que fue construida entre los siglos V y IX, aunque es difícil datarla con exactitud. Su función principal era proteger a la población frente a los invasores externos, ya que constituía un refugio fácilmente alcanzable para los habitantes cuando llegaban los atacantes.La ciudad está excavada en el subsuelo y tenía un tamaño suficiente como para acoger a cientos de personas durante varios meses. Hasta ahora se han descubierto nueve niveles subterráneos pero sólo se pueden visitar cuatro de ellos por los turistas. Si accedemos a su interior encontraremos distintas estancias: almacenes de alimentos, establos, cocinas e iglesias. Tenía una única entrada, que se cerraba desde dentro, para proteger a los habitantes, y conductos de ventilación para el introducir del aire desde el exterior. Kaymakli ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, junto con Derinkuyu y la Capadocia.
Montreal, Canadá
La ciudad de Montreal, en Canadá, esconde una impresionante red de túneles que se extiende por más de 30 kilómetros y conecta más de 120 edificios incluidos centros comerciales, hoteles y oficinas de la administración del estado. Desde 2004 se la conoce como RÉSO, Red Peatonal Subterránea de Montreal. Estos túneles sirven para conectar edificios pero también albergan una gran cantidad de restaurantes y tiendas de muy distinto nivel. Esta red permite desplazarse a los habitantes de la ciudad protegiéndolos de los rigores climáticos: las temperaturas bajo cero del invierno y los calurosos días veraniegos.
Lalibela, Etiopía
Lalibela es una pequeña localidad de la región de Amhara, en el norte de Etiopía. Es un lugar de peregrinación para los cristianos coptos y es mundialmente conocida por sus iglesias monolíticas y por sus monolitos subterráneos tallados en roca. Hay una hermosa leyenda sobre su construcción; según ella, el rey Gebre Mesqel Lalibela recibió en el siglo XII el encargo divino de construir diez iglesias de una sola piedra. Para conseguirlo recibió la ayuda de los ángeles, que ayudaban a los trabajadores durante el día y continuaban trabajando durante la noche. Así nació el lugar y recibió este nombre en honor de su fundador. Un lugar absolutamente impactante que deja fascinado a los viajeros que la visitan.
Seattle, EEUU
En el barrio de Pioneer Square de la ciudad de Seattle, en Estados Unidos, existe un sistema de túneles subterráneos conocido como la “ciudad perdida de Seattle”. La ciudad original fue destruida por un incendio en 1889 y la nueva ciudad se construyó en la parte superior de las ruinas. Los peatones subían las escaleras para ir entre el nivel de la calle y las aceras, frente a las entradas de los edificios. Se construyeron arcos de ladrillo sobre las aceras subterráneas y se instalaron luces de bóveda -en forma de claraboya con vidrio transparente y color amatista- que dejaba pasar la luz desde la parte elevada a la entrada de los edificios. Los comerciantes y habitantes sabían que sus comercios y casas tendrían una parte subterránea y otra exterior a nivel de calle que sería la nueva planta baja. Se utilizaron los bajos como almacén de los establecimientos y los peatones continuaron usando las aceras subterráneas iluminadas por las luces de bóveda. Estos túneles cayeron en desuso pero ahora se les ha dado una nueva vida gracias a visitas turísticas.
Son cuatro ejemplos de ciudades subterráneas que son una maravilla arquitectónica y que merece la pena explorar. Estos lugares nos muestran la grandiosidad del ingenio y la creatividad humana. Un mundo distinto se abre bajo nuestros pies.