ISLANDIA

Conoce Brúarfoss, la cascada turquesa de Islandia que no querrás perderte

Su color es tan intenso que parece irreal y, además, queda cerca de otros lugares fascinantes que querrás añadir a tu itinerario.

BrúarfossImagen de Milan Nykodym from Kutna Hora, Czech Republic, licencia: CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

Islandia es un país famoso por sus paisajes salvajes. Volcanes, glaciares, playas peligrosas con olas grandes y de fuerza arrolladora, campos de lava... la naturaleza se entremezcla, dando lugares a rincones únicos entre los que destaca Brúarfoss: una de las cascadas más sorprendentes de la isla.

Situada en medio del Círculo Dorado de Islandia, escondida entre senderos y paisajes volcánicos, la cascada de Brúarfoss resulta llamativa no por su tamaño o su causal, sino por su color. Es de un azul tan intenso, tan eléctrico, que no hay quien se resista a fotografiarla una y otra vez cuando la tiene delante.

El agua de la cascada de Brúarfoss, que debe su tono cromático a los sedimentos glaciares que arrastra durante todo su recorrido el río Brúará, surge de la roca volcánica y cae por decenas de pequeñas fisuras. A sus pies, hay una poza cuyo color es igual de bonito que la del salto de agua: un azul tan vivo que parece brillar.

Además, si se ve tan bonito es porque hace contraste con el color oscuro del basalto y el blanco de la espuma que crea el agua. Y no importa que se haya visto mil veces antes en fotos, porque cuando uno llega allí y se planta ante la preciosa cascada de Brúarfoss, la sorpresa se la lleva igual.

Tener la posibilidad de visitarla, sin embargo, no es algo que haya ocurrido siempre. años atrás, esta cascada islandesa se encontraba en terrenos privados. Afortunadamente, hoy en día se ha habilitado un sendero de unos tres kilómetros desde el que se puede acceder a ella. Lo mejor es que la meta es una maravilla, pero el trayecto en sí mismo también es una delicia.

Brúarfoss | Pixabay

Las praderas, el río Brúará y los pequeños puentes para cruzar de lado a lado del mismo son algunos de los protagonistas del camino que lleva hasta el salto de agua que hoy nos ocupa. Además, a lo largo del sendero aparecen otras cascadas como Hlauptungufoss y Miðfoss, que si bien no sorprenden del mismo modo, anticipan la belleza del objetivo final.

Por último, debes saber que hay otro aliciente para visitar esta cascada del Círculo Dorado: es mucho más tranquila y está menos masificada que otras como Gullfoss o Skógafoss. Y por si esto fuera poco, queda cerca de otros rincones de interés como el géiser Strokkur o el Parque Nacional de Þingvellir.

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